lunes, 10 de agosto de 2009

A la orilla del precipicio (como que me cuidan III)

Yo no sé si es normal que a lo largo de una vida haya tantas situaciones al borde de la muerte o de extremo peligro como creo que ha habido en la mía. En todo caso estoy consciente de que he salido bien librada (de manera asombrosa, fuera de lo común) de experiencias extremas.
Esa es una de las razones por las que a veces pienso que de verdad existe un ángel de la guarda. Bueee, no uno, sino un ejército de ángeles que lo cuidan a uno. Ya he contado algunas de mis historias en la serie “Dura de matar y de morir”, o en la serie “Como que me cuidan”.
Pues bien, hoy que regreso a este espacio, me gustaría compartir con ustedes otra de esas ocasiones extremas en las que estuve al borde de morir… pero esta vez, también estuve a punto de matar a mis dos hijitas.
Resulta que hace algunos años cuando recién me había divorciado, cada vez que planificaba salir de la ciudad con mis hijas, me gustaba viajar muy temprano para evitar el tráfico en la carretera y aprovechar el día. Era casi una obsesión salir de madrugada. Íbamos con cierta frecuencia a Panajachel pues tengo una hermana que vive allá y que es muy hospitalaria.
Un día, armamos maletas y salimos de madrugada a visitar a mi hermana. Yo estaba muy cansada porque a veces salía súper tarde del trabajo y casi no dormía. Aquel sábado el cansancio era terrible, pero como yo no entendía que podía permitirme salir más tarde, pues subí a mis hijas al súper Chevy y nos fuimos cuando el sol aún no se había desperezado.
No recuerdo cuánto habíamos avanzado en el trayecto, quizá unos 80 o 90 kilómetros. Recuerdo sí, que el sol comenzaba a entibiar la carretera y a pintar de rosa el horizonte. Sin embargo, mi cansancio era total. Unos metros antes de llegar a un tramo muy peligroso, en donde hay muchos precipicios a ambos lados de la cinta asfáltica, debo haberme quedado dormida.
Quizás fueron segundos, lo cierto es que justo antes de llegar al precipicio una fuerte bocina (claxon) me despertó. Era la de un bus extraurbano que iba detrás de nosotras y cuyo conductor vio que algo andaba mal conmigo (seguramente yo conducía de manera errática). En ese momento vi que me había salido de la carretera en un pequeño tramo en donde aún había una parte de terracería que me permitió este desvío sin caer al precipicio o chocar con un paredón.
Detuve el carro y me quedé analizando lo que había pasado. ¡Estoy loca! Pensé. En ese momento vi que mis dos nenas dormían plácidamente ajenas al peligro que acabábamos de pasar. Cerré bien la ventanilla y descansé un rato más. Luego, ya repuesta del sueño y del susto, seguí la marcha con todos mis sentidos puestos en el camino. Tenía una horrible sensación de irresponsabilidad, de haber puesto en peligro la vida de mis nenas lindas. A partir de ese día, nunca más volví a salir tan temprano y nunca más he vuelto a conducir cansada. Sé que hay ángeles que viajan conmigo, pero esa no es razón para atenerme y cometer imprudencias.
Porfis, nunca conduzcan cuando estén cansados. Si tienen prisa, busquen a alguien que los acompañe y que pueda conducir o mantenerlos despiertos con su compañía. Pero no conduzcan si tienen mucho sueño.

25 comentarios:

Lujo dijo...

Hola Hola Nancy,
Te visitó un ejército de ángeles de la guarda que te libraron de algo terrible. Afortunadamente todo salió bien y las pequeñas ni se dieron cuenta.
Tomar el volante es una gran responsabilidad. No sólo por nosotros mismos, también por quienes nos acompañan en la carretera.
Cuidate muucho!
Abrazotes enoormes!!

Maribel de Morales dijo...

Definitivamente fue un angel quien las salvó. Creo que después de todas estas experiencias, le has dado más valor y has disfrutado más tu vida. Pero lo mejor es que lo compartes con nosotros "tus lectores favoritos"
Un abrazote que te dure toda la semana.

LadyMarian dijo...

Lo bueno es que te pusiste dar cuenta de que algo andaba mal y de que tenías que cambiar la actitud. Y además lo cambiaste! Eso habla bien de vos.
Hay personas que son incapaces de ver sus errores y de modificarlos. Y si esos errores son con el volante en la mano los pagan los que lo acompañan. Lo sé porque tuve uno así al lado. ¬¬ Nadie quería ir con él en el auto! Ni siquiera su propia madre que siempre le aguantaba todo! Y sí, se quedó solo... pero con su amadísimo auto en las manos. ;)
Besos

Anónimo dijo...

hay quienes ya no pudieron contar esa historia... =0S

tienes mucha suerte nena, lo sabes bien y me alegra que todo haya quedado en un susto y con la conciencia de cual es el mejor estado para conducir.

un beso y abrazotes fuertes!

cristal00k dijo...

Ay! amiga Nancy, pasé por un trance parecido hace años. Y supongo que gracias a esos ángeles que citas, no ocurrió nada.
Hubo un momento que el tiempo y la carretera desaparecieon de mi mente. La verdad, es que aún no me lo explico. Pero desde entonces soy mucho más cuidadosa con el sueño y la carretera. Comprendo muy bien tu susto y tu sentimiento de irresponsabilidad yo también viajaba con pasajeros.
En fin, un beso Nancy.

Miss Penny Lane dijo...

uy... señooooo... q peligroso!
a mí me dio un tip un compadre y realmente se lo agradezco. me dijo que cuando me sienta cansada, que ponga en la radio música que no me gusta... y viera usté q si se queda una despierta!!

Any dijo...

Ay Nancy que miedo! Menos mal que no pasó nada y te quedó la enseñanza de que es preferible descansar bien y llegar mas tarde que no llegar nunca.
En que andas que estás desaparecida?
besos y apapachos

La Vivi dijo...

Gracias a Dios las tres estan vivitas y coleando. Las tres son una maravilla, las quiero mucho y estoy orgullosa de ustedes. Lo bueno es que la experiencia te hizo responsable, una buena leccion para todos. Gracias por compartirla. Besitos

Aaron Lechuga dijo...

muchas veces creemos que hacemos bien, pero realmente no nos damos cuenta de las consecuencias, como dices tu, ese camionero tu angel te desperto, pero si no hubiera ido nadie mas??, ah mi me ha pasado, y el problema es que uno cree que es mas responsable, pero descubri que mas vale llegar tarde que nunca llegar, apapachos nancy, aun no me has contestado mi correo!

elultimodepaz dijo...

Hace muchos años me paso algo similar.
Viajaba con mi madre a Xela y la pobre me detenía a cada rato para tomar café, dormir un rato, tomarme un agua o solo me daba un dulce.
Lo que no me explico es ¿cuál es la prisa por "no" llegar?, ¿por qué ser tan irreflexivos y no calcular las consecuencias?

En esa época no había Red Bull..

Ingrid Reyes (Chapolita) dijo...

Nancy me alegro que no te haya pasado nada más que el susto. Tu blog es de mis favoritos...me encanta.

Anónimo dijo...

Uff!! Qué susto!! Menos mal que tenés protección vos!! :)
Te cuento que mi padre manejaba tramos dormido a veces, era un peligro, vos lo veías que cabeceaba y te decía estoy bien, cuando paraba a descansar era porque ya no daba más, era viajante, supongo que ya lo tenía tan incorporado que sabía lo que hacía, pero la verdad que ir en un auto con el conductor dormitando no te generaba ninguna seguridad jaja, encima prefería la noche para viajar porque hay menos tráfico... Y bueno, se ve que nosotros teniamos protección también jeje
Besos!!

Anónimo dijo...

Siempre es mejor hacerse a un lado en la ruta y dormir esos 10 o 15 minutos que manejar haciendo un esfuerzo para que los ojos no se cierren, unos cuantos ángeles hicieron falta, te mando un beso grande.

paola guillen dijo...

Tenia ratos de no pasar x aca por cuestiones de trabajo pero no creas ya me ha hecho falta leer Tu blog asi q hoy me pondre al dia jejejej

Y en cuanto a la historia pues si, tenemos un guía que siempre nos cuida y protege

Gracias a Dios que no paso nada y claro tomaremos muy encuenta tus consejos.

saludos y fuerte abrazo

casss dijo...

Es cierto que tenemos Angeles de la Guarda, que nos protegen...pero no debemos avusar, un día también ellos pueden distraerse.
Yo no conduzco (por bien para el prójimo, jajaj) pero trato de ser buena copiloto, y estar siempre alerta junto al conductor.... no diciendole lo que hay que hacer...jaja sino por las dudas (me acordé del post de Any, y me hizo gracia...)

Besotes.. y seguí por acá, que si no te extrañamos!!!!

Anónimo dijo...

muy cierto amiga, a mi me ha pasado, estoy tan cansada y cometo la irresponsabilidad de manejar

sola claro... sin embargo no es por mí sino por las personas que transitan que pongo en peligro
me alegra que todo bien contigo

un abrazote

Alexxx dijo...

Que cerca estubiste de no contarlo!!!, pero que bueno que estaban tus angeles para cuidarte y a tus ni;as

Zarek dijo...

Ah querida Nancy, cuántas veces me pasó lo mismo cuando visitaba clientes fuera de Guatemala! Yo que soy experto en dormir en todas partes (tengo la distinción de haber dormido en todas mis clases de la universidad) me quedaba dormido después de almuerzo. Me desperté varias veces cuando el carro salió de la carretera...
Hay que parar un ratito y descansar para conducir con seguridad.

igne fatui dijo...

En lo general: la vida es un waltz al borde del precipicio.

Yo también me salí de la carretera una vez, por las mismas causas... así que me adhiero al consejo que das.

saludos

Unknown dijo...

Hola Nancy. Ya tenía ratos de no pasarme por aquí. Un abrazo!

La Guera Rodríguez dijo...

querida Nancy

donde andas?

Se te extraña... =(

Diana

el Kontra dijo...

Uff Maestrísima que historia, pero tenés razón, ante el cansancio mejor una pestañeada y después emprender camino. Abrazoteee :)

Anónimo dijo...

nada nena.. anda mas pasaba a saludar y desearte un buen dia donde quiera que andes...

abrazotes fuertes!

Javier Ortiz dijo...

Muy buenas éstas historias citadinas: sencillas, bien narradas, interesantes, divertidas… Me han gustado.

Saludos.

Guatemalan Genes dijo...

WOW, creo que a todas de mamas nos han pasado cosas asi en las que nos pasamos de superwoman, como que Dios nos da muchas veces oportunidades de aprender antes de que de verdad se fatal. Gracias por recordarnolo!!!