lunes, 30 de noviembre de 2009

Travesuras infantiles IV



Ya hemos hablado que en toda familia siempre hay un hijo o hija más travieso que los demás (al menos se ha tocado concretamente en tres posts anteriores sobre el tema).
Pues bien, una de las mejores cosas que le pueda pasar a uno es descubrir que uno de sus progenitores tuvo tan dudoso "mérito" en su familia. Eso garantizará alegres historias para recordar y compartir.
En mi caso, se trata ambos padres... así que esto multiplica las historias y explica, de paso, las travesuras de mis hermanas.
Hoy les contaré un poco sobre mi madre... Ah, no sé mis tíos... supongo que fueron tremendos... pero mi mamá seguramente los superó con creces. Ella era la menor de todos sus hermanos, así que venía "corregida y aumentada".
Pues bien, mi mamá fue la más pequeña hija del segundo matrimonio de mi abuelo quien enviudó siendo joven. Luego él se casó con mi abuela, a quien le doblaba la edad. Así que su hija mayor (la del primer matrimonio) era casi de la edad de mi abuela.
Pues bien, esta tía tuvo un laaaaaaargo noviazgo. Creo que duró algo así como 17 años de novia de mi tío hasta que finalmente se casaron "hasta que la muerte los separó" (y supongo que los volvió a juntar).
Pero bueeee, ya me salí del tema.
Lo cierto es que cuando mi tía era novia de mi tío, ellos se encargaban todas las noches de cerrar la panadería que mi abuelo tenía frente al Hospital General. Y como toda pareja de tortolitos, aprovechaban esos momentos de oscuridad y silencio para darse sus piquitos y decirse cosas bonitas.
Mi madre... que era una niña muy traviesa y pícara, se escondía tras el mostrador para ver aquellas escenas que para cualquiera que no sean los protagonistas resultan divertidas.
Cierta noche, cuando apagaron la luz y estaban en ese momento de la despedida, mi tío le cantó a mi tía un trozo de canción:
-"¿Quién te quiere como yo?"
A lo que mi tía respondió, también cantando: 
- "nadie, nadie, nadie..."
Y luego...
-"¿Quien te adora como yo?"
-"Nadie, nadie, nadie..."
La niña (mi mamá) soltó una carcajada y delató el lugar de su escondite ante el sonrojo y enojo de los enamorados.
De más está decirles que por esa travesura recibió una buena tunda y la prohibición de que volviera a espiar a los prometidos... 
...Pero no escarmentó (continuará)...

sábado, 28 de noviembre de 2009

Nancy y Harry Potter o La magia de los blogs



¿Quién dice que la magia no existe? Quien así lo diga será porque no conoce los blogs... estas lámparas mágicas que guardan los sueños y la magia de muchas hadas, duendes y magos que navegan dejando una estela de maravillosas sensaciones en el ciberespacio.
Una de las situaciones más increíbles que he vivido en la blogósfera ha sido que Leonel, del blog Ingeniería simple, quien también participa en Guateciencia, se inspirara en un post que publiqué hace tiempo para convertirme en el personaje de una aventura de Harry Potter. Su texto, titulado Harry Potter y la brujita bloguera es un Fanfic*, el cual es el primer documento que publica en su nuevo blog Afición a la ficción y cuyos capítulos irán apareciendo diariamente, con excepción de los domingos.
Es una historia muy entretenida, amena y muy al estilo de Harry Potter. Realmente estoy encantada de ser esa brujita. Además, hay muchos elementos de mi vida que aparecen en la historia, incluido mi querido y adorado Súper Chevy.



*Para quienes, al igual que yo, padezcan de una enorme ignorancia respecto de lo "Fanfic", les copio lo que encontré en la wikipedia (si bien no es fuente que recomiende, creo que la explicación sí es acertada):
La/el fanfiction o fan fiction (literalmente, "ficción de fans"), a menudo abreviada fanfic o simplemente fic, son relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión o cualquier otra obra literaria o dramática. En estos relatos se utilizan los personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original y se desarrollan nuevos papeles para estos personajes. El término fanfiction hace referencia tanto al conjunto de todos estos relatos como a uno en concreto, según el contexto.
Le agradezco a Leonel y a su hermosa familia, principalmente a su nena Sofía (que ayudó con las ilustraciones), por este hermoso regalo. Los invito a leer la historia y a no perderse las otras muchas que sin duda alguna seguirá publicando este inquieto y polifacético guatemalteco.
Si desean ir leyendo capítulo por capítulo, pueden hacerlo en Afición a la ficción. Si desean leer el texto completo, pero sin ilustraciones, pueden ir a PotterFics.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Despedida


Y bien amigos, llegó un viernes más y con él otra historia de esas que dan cosa. Esta vez, aprovechando que se acaba de conmemorar el Día de la no violencia contra la mujer, les copiaré la historia que me contó una gran amiga de mi infancia, a quien por azares del destino encontré en una de las benditas redes sociales, recientemente.
Resulta que ella fue víctima de un abusador en EE.UU y tenía que cambiar con frecuencia de casa junto a sus hijos, un nene y una nena, ya que el ex marido cada vez que los encontraba les hacía la vida imposible.
Los dejo con Laura*:
Esto nos ocurrió a mis hijitos y a mí la noche en que murió su padre (el de ellos). Nos había ido tan mal económicamente (el divorcio y todos los problemas que causaba el Mengano) que nos tuvimos que salir del apartamentito en que vivíamos.
Afortunadamente unos amigos a quienes habíamos ayudado cuando perdieron el de ellos hacía como 4 o 5 años me llamaron para pedirme que cuidáramos su casa y animalitos por un par de semanas, pues ellos viajarían para la graduación de su hija en la US Airforce.
Cuando le conté de nuestra situación mi amiga me dijo que inmediatamente nos fueramos a su casa pues tienen una casita de huéspedes atrás y su hija no tiene intenciones de regresar pues quiere hacer carrera en la fuerza aérea. "Eso si"...me dijo mi amiga, "si este hombre se asoma por aquí y empieza a causar problemas, van a tener que buscar otro lugar".
La verdad es que no lo veíamos desde hacía mucho tiempo, pero como reaparecía con sus loqueras cuando menos lo esperábamos, acepté el trato solo mientras ahorraba suficiente dinero para un depósito en un apartamento. Mientras mi amiga estaba de viaje me pidió que nos quedáramos en la casa del frente (los niños en la sala y yo en la habitación del matrimonio).
Esa noche mis niños veían tele en la sala y yo en la habitación, cuando mis hijos me dijeron ¡Mami! hay una luz en la ventana de al lado.
- No puede ser les dije, esa casa está desocupada e inhabitable. Los dueños no tienen dinero para repararla. Ellos insistieron, así que me levanté y fui a la sala.
Cuando moví la cortina los tres vimos la silueta de un hombre pelón...como saludando con la mano. La luz era muy pálida, como de una vela, así que la silueta no estaba bien definida. Lo que sí es que los tres la vimos.Lo primero que pensamos fue que el fregado había averiguado dónde estábamos y ya iba a empezar a molestar. Mis pobres hijitos no quisieron que llamáramos a la Policía pues mi amiga nos iba a pedir que nos fuéramos.
Yo solo encendí las luces de afuera. Apagamos las teles y los tres nos fuimos a dormir a la habitación principal, pidiéndole a Dios que el fregado no molestara más.
A la mañana siguiente llevé a los niños a la escuela y me fui al trabajo. Estuve fuera de la oficina casi toda la mañana, pero cuando regresé como a las once la operadora me dijo que de la escuela de la nena estaban llamando y que tenían un mensaje urgente para mí.Lo primero que pensé es que el Mengano había ido a la escuela a decir que no vivíamos en el distrito escolar pues mi amiga vive en otra ciudad vecina (con diferente distrito).
Para no cansar, llame a la escuela y la secretaria me preguntó si conocia a Mengana de Tal, la sobrina del Mengano. La llamé de vuelta y ella estaba llorando (creí que mi suegra habia muerto).Pero me dijo: “mi tio Mengano murió anoche”.
¿Qué? ¿Cómo? ...Sí, respondió, parece que murio atropellado. Le dije que lo sentía y me puse a llorar.
Me fui a la Iglesia y me puse a rezar.
Llegué a la escuela del grande, al enterarse, me dijo que estaba triste pero que no podía llorar, que solo estaba triste por la familia de Mengano. Fuimos a recoger a la nena y tampoco lloró.
Llegamos a casa, les hice algo de comer y estábamos callados. De repente, la nena me dijo, "yo no creo que Daddy esté muerto..."
Yo le dije es cierto hijita, tu tía identificó el cadáver. Y ella me respondió "pero anoche no estaba en Ventura (la ciudad en que murió).... estaba en la casa condenada molestándonos".
En ese momento se me escalofrió todo y recordé el susto de la noche anterior. No sé a qué hora murió, solo sé que murió istantáneamente.
Salimos a ver la casa de la par y no había cortinas y definitivamente estaba desocupada. Las ventanas limpísimas y se veían completa y claramente las paredes y todo. La puerta del frente cerrada a piedra y lodo y el sello intacto de que la casa estaba condenada.
Pese a que asistimos a dos servicios funerarios en donde estuvimos en primera fila, mi hija pasó mucho tiempo pensando que estaban mintiendo, que su papá no había muerto y que nos iba a molestar de nuevo.
Pasado un tiempo, rentamos esta casita en la que vivimos ahora, en un lugar muy tranquilo. Pero tomó mucho tiempo para que la beba se quedara solita en la casa. No se cuando, ella al fin aceptó que el hombre ya no estaba en este mundo. Mi familia piensa que se vino a despedir. Yo le pido a Dios que tenga piedad del pobre hombre. Ahora pienso que estaba enfermo de la mente.
__


*Nombre ficticio, a solicitud de mi amiga. Única condición para que yo pudiera contar su historia.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

José María Vargas Vila o, mi primer club de lectura


Desde pequeña me gustó leer. Mi primer libro (mío de mi propiedad, no comunitario como lo eran casi todos los libros de cuentos que tenía que compartir con mis hermanas) se llamaba "El caballo de Troya" y fue un primer encuentro con la mitología griega y romana, y con mi queridísimo Homero.
Luego vino Corazón, de Edmundo de Amicis y todos los de Louisa May Alcott y Julio Verne. En fin... pero siempre mis lecturas fueron solitarias. Mis hermanas preferían jugar beisbol, así que no tenia con quien comentar los libros.
Durante toda la primaria una de mis mejores amigas fue Dorita, con ella estudiábamos mucho y hacíamos tareas juntas. Éramos muy afines.
Recuerdo que el día que empezamos la educación secundaria (estábamos por cumplir los 13 años) el director del instituto nos dio la bienvenida. Entre su largo discurso hubo algo que aún recuerdo como si hubiera sido ayer: "Aquí tienen una biblioteca, aprovéchenla. Lean... bla, bla, bla" y agregó las palabras mágicas:"pero tengan cuidado con lo que leen, ni se les ocurra leer libros como los de Vargas Vila... bla, bla, bla". 
El bla, bla, bla, era algo así como un energúmeno, un monstruo, alguien con ideas terribles... Así es que "dicho y hecho"... En ese momento Dorita y yo nos pusimos "ojipláticas", como diría Lujo. Se nos iluminó el rostro e inmediatamente después de la cordial bienvenida, lo primero que hicimos fue comentar el dichoso "comentario".
- "Mi papá tiene los libros de ese Vargas Vila, he visto que los guarda aparte", dijo Dorita.
- "Pues bien, vas a tener que ir a buscarlos porque TENEMOS que leerlo", acoté.
El primer libro del tal Vargas Vila que cayó en mis manos fue (afortunadamente, creo) "Aura o las violetas"... una historia de amor... una tragedia... ah, pero ideal para un par de adolescentes soñadoras. Luego vendrían otras lecturas que, ahora entiendo, fueron fundamentales para hacer de mí la persona ecléctica, bipolar, contradictoria, paradójica y sksksk (no encuentro la palabra que quería poner aquí), que soy: Ibis, La ubre de la loba, Flor de fango, Alba roja, Saudades tácitas, Archipiélago sonoro... Y algunos años después: Lirio blanco, Lirio rojo, Lirio negro, La tragedia del Cristo (o María Magadalena), Ante los bárbaros... y un largo etcétera que no recuerdo.
Descubrí que en mi casa también había libros de Vargas Vila y luego, de distintas maneras llegamos a otros más. Aquel primer año de secundaria tuve, pues, mi primer club de lectura. Un club al que pertenecíamos dos personitas nada más. Algunas cosas nos asustaban y otras me hacían mucho sentido (digo "me", porque creo que a Dorita sólo la asustaban). 
Y bueeee, no sé Dorita, pero yo seguí leyendo a Vargas Vila por muchos años. 
Incluso cuando me casé descubrí que mi ex también lo había leído y sentía una profunda admiración por su obra, por sus ideas, por su carácter irreverente e iconoclasta y por su rebeldía. Tuvimos muchas largas horas para hablar de ese autor colombiano tan fecundo, rebelde, odiado por muchos y admirado por otros tantos más.
Yo conservo una colección de libros de Vargas Vila que perteneció a mi ex suegro. La guardo aparte, en un lugar muy especial. No hay problema si  mis hijas quisieran leerlo, pero sé que no lo harán porque no soportarían su estilo tan adornado (recuerdo que siempre pensé que su palabra favorita era "voluptuoso").  Lo guardo más bien como un tesoro.
Si alguna vez alguien quisiera psicoanalizarme, entenderme, explicarme, creo que mucho de lo que soy está entre esas páginas amarillentas por el tiempo.
Y bueee, si esperaban una historia divertida, lo siento, será otro día. Hoy sólo quería rendirle un pequeño homenaje a don José María Vargas Vila.
Apapachos y gracias por venir.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Chicle masticado


Si se preguntan de dónde saqué mi "tacto de elefante", mi boca de calcetín... mi rosario de "metiditas de pata", no hay que buscar muy lejos en mi árbol genealógico. Mi progenitora ha sido una personita con un amplio récord de situaciones embarazosas.
Esta que les cuento fue un intento de broma que no le resultó tan divertida como ella esperaba. Sucede que en sus años de juventud y soltería, al salir de su trabajo mi mamá solía pasar a recoger a una amiga a su oficina y, de ahí, caminar juntas hacia sus casas.
Ambas solían hacerse bromas con frecuencia, incluso un poquito pesadas, pero ambas las tomaban muy bien.
Un día, antes de salir del trabajo, mi señora madre dispuso jugarle una broma a su amiga, así que la llamó y se hizo pasar por otra persona.
- Aló ¿hablo con Fulanita?
- Sí, ¿qué desea? ¿en qué puedo servirle?
- Mire, yo se que está saliendo con Fulanito pero resulta que él es mi novio... así que usted es un chicle* masticado.
La amiga colgó violentamente el teléfono. Mi mamá tomó sus cosas y salió a buscarla muy tranquila.
Cuando llegó a la oficina de la Fulanita había todo un alboroto. 
- ¿Qué está pasando?, preguntó mi mamá al ver que todos los compañeros de trabajo de su amiga tenían rodeado el escritorio, le llevaban agua, le daban aire... y ella semi desmayada en su silla.
- La llamó una tipa y parece que la insultó, le respondieron.
Mi mamá no se imaginaba que había sido por su llamada. ¿Qué le habrán hecho? se preguntaba mientras esperaba a que Fulanita mejorara.
Cuando la amiga se repuso, salieron y, como de costumbre, caminaron juntas hacia sus casas.
De pronto, entre plática y plática mi mamá le dijo algo así como:
- ¿Y qué pensás de tal cosa, chicle masticado?
En ese momento la amiga reaccionó y le reclamó
- ¡Con que tú fuiste, verdad! y bla bla bla... le reclamó muy duro.
Mi mamá se moría de la risa, jamás imaginó que el desmayo y el alboroto hubieran sido por su llamada.
Finalmente, la amiga también terminó riéndose mucho. No tuvo más remedio que aceptar la bromita y reconocer que ella le había jugado peores a mi madre.
Aquella amistad aún ahora se mantiene, ni los años ni la distancia han logrado menguar el cariño y los lazos fraternales.
¡Feliz inicio de semana!
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Chicle= goma de mascar

domingo, 22 de noviembre de 2009

Una cadena de abrazos


Hola a todos. Quiero contarles que mi amiga María José Moreno me ha regalado un hermoso abrazo. Y bueee, yo debería compartirlo con cinco personas, pero ya me conocen... no puedo solo a cinco.
Yo quisiera que se lo lleven a sus blogs, aunque no los mencione por su nombre, y que juntos hagamos una cadena de abrazos.
Sería muy saludable para el mundo si pudiéramos hacerlo personalmente. 
Pero a falta de ese recurso, hagámoslo virtual.
Les deseo un feliz domingo.
Apapachos, mil.
Los dejo con la imagen del abrazo


viernes, 20 de noviembre de 2009

El vestido rosa


Queridos amigos, como saben los viernes contamos acá historias extrañas, insólitas y, a veces de miedo o de aparecidos. La de hoy estará a cargo de mi hermana Vivi, quien vive en EE.UU. Los dejo con esta reciente experiencia que no es de miedo, sino más bien extraña. Triste, pero con un toque como de ángel. Los dejo con ella.
Mi amiga Martha regresó hace unos días del funeral de la novia de su sobrino. Una muchacha muy agradable y querida por toda su familia a quienes les había dejado una buenísima impresión. Todos, todos estaban tristísimos pues con su carácter la difunta se había ganado a medio mundo. Era aficionada a la fotografía y estaban comprometidos a casarse cuando ella cayó con meningitis, tan severa que los últimos meses de su corta vida los pasó en coma en el hospital.
Me pareció extrañoo que nadie vistiera de negro, todos llevaban ropa de color rosa (tu color favorito, Nancy, y también el color favorito de la difunta), a peticion de la madre de la muchacha.
Yo le dije a Martha.... “¿tuvieron que ir a comprar ropa rosada?” Ella venía con un traje de dos piezas muy bonito y me contó que ya lo tenía, lo extraño es la historia del día en que ella compró su lindo vestido.
Martha dice que como la chica era fotógrafa aficionada le gustaban mucho los detalles y, por supuesto, era la fotógrafa oficial de la familia.
A finales del ano pasado el sobrino de Martha y su novia serían padrinos de bautizo de una sobrinita de la novia, ya estaban comprometidos en matrimonio y ella ya era como de la familia. Martha recuerda haber ido de compras con la chica, y escoger el traje de dos piezas que llevaba puesto en el funeral. Le quedó perfecto y ella tenía unos  zapatos que le combinaban re bien. Lo extraño, según Martha me cuenta, es que el día del bautizo ella se volvió loca buscando en su closet el bendito vestido y no lo encontró. Finalmente, tuvo que ponerse un vestido blanco con rositas y un sweater rosa pálido; solo encontró uno de los zapatos rosa, así que se tuvo que ir con zapatos blancos.
El funeral no fue a última hora pues ya sabían que la chica no sobreviviría, lo que fue de última hora fue lo de "NO ROPA NEGRA". La madre quería que todos fueran de rosado, no solo porque era el color favorito de su hija, sino que también quería honrar lo particular que ella fue con los detalles.
Las amigas y familiares que serían las damas en la boda ya tenían los vestidos rosados y ella les pidió que usaran esos vestidos en el funeral. Martha dice que la iglesia (pues hubo misa) estaba llena de rosas en blanco y distintos tonos rosados. La cosa es que Martha iba a ponerse la misma ropa que usó en el bautizo ya que no tendría tiempo de ir de compras o de buscar el traje perdido. Cuando abrió su closet el día del funeral dice que cayó la bolsa como de lavandería en la que empacan los vestidos en las tiendas de departamentos,  con su lindo traje que la difunta y ella habían comprado para el bautizo. Para entonces (por supuesto) ya había encontrado el otro zapato que no pudo encontrar antes.  Su esposo, Oli, le dijo "Fulanita quiere que te pongas ESE TRAJE" para su funeral. Y claro ella así lo hizo,  al final de su historia tanto ella como yo teníamos los ojos llenos de lágrimas, su hijo mayor también lloro pues era muy cercano a la pareja ya que eran de su edad (22-23 años).

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¡Tráganos tierra!



Ay, no sé pero ojalá no les pase tan seguido como a mí esto de estar protagonizando escenas de esas que uno quisiera que se lo tragara la tierra. La más reciente acaba de sucederme apenas el sábado (14 de noviembre) junto con mi hija mayor, la Mau.
Ella me acompañó a buscar un sofá-cama que yo había visto recientemente y que deseaba comprar ya que no tenemos un cuarto de visitas. Lo había visto en una gran mueblería ubicada en un concurrido centro comercial que, por ser quincena, ese día estaba más concurrido que de costumbre.
Vimos el sofá y a ambas nos pareció muy bonito, además de que se ajustaba a nuestro presupuesto. 
Pedimos que nos lo mostraran pero el vendedor no pudo reclinarlo y demostrar todas sus bondades.
Como ya no tenían otros en existencia, el joven que nos atendió nos dejó un momento para llamar y averiguar en otra tienda. 
Cuando nos quedamos solas, decidimos esperar sentadas. Yo no me di cuenta, pero mi hija notó que al recostar la espalda el sofá cedía hacia atrás, así que mientras yo me acomodaba, la Mau volvió a recostarse con cierta fuerza para ver si así el sofá se convertía en cama... y ¡Blám! yo sólo sentí que caía de espaldas y en un instante vi nuestras piernas hacia arriba y sentí el golpe en la espalda cuando el sofá cayó al suelo haciendo un enorme escándalo que alarmó a los empleados y clientes del lugar... y que debe haber divertido mucho a los curiosos que veían tras los cristales... Vale decir que la famosa mueblería parece pecera y todas ¡TODAS! sus paredes son de vidrio.
En el momento, por los nervios o porque siempre estoy consciente del ridículo... pues estallé en carcajadas. y aunque de plano sentí mucha vergüenza, siempre que recuerdo ese bochornoso momento es con mucha mucha risa que lo hago.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Introducir las extremidades III


No sé si en otros países se dice igual, pero aquí "metemos la pata" o tenemos boca de calcetín todos aquellos que decimos o hacemos cosas inoportunas en el lugar y, o, momento más inoportuno.
Así pues que si hubieran olimpiadas para los más hábiles en introducir las extremidades inferiores, mi familia ocuparía el podio completito. Casi podría afirmar que es un gen que se transmite en línea materna directamente a la siguiente generación (para muestra los remito a las entradas I y II de la materia en este blog).
Pues bien, como estamos en este mundo para aprender y para reírnos de nosotros, le pedí a mi hija mayor, "la Mau", que me autorizara publicar esta pieza de colección de la familia.
El semestre pasado, mi hija recibió clases con un escritor y filósofo de mucho renombre en el país. Un intelectual al que yo admiro mucho y con quien tuve algún tipo de acercamiento profesional hace un par de años, cuando ganó un importante premio literario a nivel centroamericano (recuerden que soy periodista). 
Pues bien, mi hija confirmó que su catedrático tenía la calidad profesional y humana de la que yo le había hablado... y demostró que ella tenía ese terrible gen del metepatismo, o tacto de elefante, como también le dicen :os.
Como al catedrático le llamó la atención el segundo apellido de mi hija, pronto se dio cuenta de quién era la madre de su pupila, así que mi nombre solía salir a bailar en las pláticas informales fuera de clase entre maestro y alumna.
Un día, el catedrático le preguntó a la Mau:
-¿Vio su mamá que acabo de publicar un libro?
Y mi hija, muy ufana, para demostrarle que "por supuesto", que sí, que estamos en todo, le respondió:
- Sí, si fíjese que mi mamá me dijo que iba a comprar el libro, pero yo le dije que para qué iba a gastar, que aquí en la universidad lo están regalando...
¡Plop!






viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Alucinación?


Hola a todos... ¿listos para otra historia de viernes?
Esta de hoy, viernes 13 ñaca ñaca, viene desde México y llegó a este blog de una manera muy curiosa. Resulta que en una visita al blog de Diiviina ella mencionó en un post una situación que había vivido y que quería considerar una alucinación. Como soy curiosa y, de paso, siempre ando buscando historias para los viernes, le escribí inmediatamente preguntándole por esa experiencia. Ella  gentilmente accedió a compartirla y esto fue lo que me contó:


Mi alucinación fue hace 9 años, en el velorio de mi muy querida bisabuela paterna, fue en el Panteón Jardines del Recuerdo que se encuentra en Tlalnepantla, Edo de Mex,  un día muy triste para mí. Se había ido la mujer que me daba consejos, me tejía bufandas y vestía a mis muñecas con ropa tejida, con la que jugaba continental y dominó, mi bisabuela murió a los 102 años y aún caminaba y subía y bajaba escaleras, su corazón era mejor que los de muchos de nosotros, el problema fueron sus pulmones.
En fin, el área de velatorios es como un rectángulo dividido en salones con un pasillo muy grande lleno de ventanales del suelo al techo que dan hacia la entrada del panteón, a mi familia nos toco el último salón si lo vemos de la entrada hacia los salones, cuando nos entregaron el cuerpo toda mi familia se fue hacía el panteón en los velatorios, yo pasé todo el día ahí llorando y sin poder separarme del féretro, un primo me llevó a tomarme un café porque yo no me había ni sentado y ya había pasado de la medianoche, fuimos caminando hacía la cafetería que estaba hasta el otro extremo del lugar. 

La cafetería se encuentra distribuida de la siguiente manera del lado izquierdo se encontraba el mobiliario y la caja, en el centro las mesas, de frente y del lado derecho hay ventanales como los del pasillo, al entrar nos dimos cuenta que el lugar estaba vacío, la única persona que estaba era el hombre que atendía, es decir cuando entré en la cafetería solo había 2 hombres y yo en ese lugar.
Me senté en una de las mesas pegadas al ventanal del lado derecho viendo hacia la ventana mientras mi primo iba por el café y algo de comer, puesto que no habíamos comido nada desde la mañana, sentada frente a la ventana seguía llorando y tenía la mirada perdida en los vidrios y los codos en la mesa. De repente sentí que alguien me estaba viendo, alzo la mirada un poco más, usando las ventanas como espejo y veo a una mujer mayor vestida de blanco sentada en las mesas de hasta atrás, pero no era una imagen muy nítida o por lo menos ya no lo recuerdo muy bien, me dio la impresión de que me estaba esperando que la viera. Me quedé petrificada, a mí me da pánico todo lo que tenga que ver con estas cosas pero yo creo que mi instinto me hizo voltear hacia ese extremo del lugar y no había nadie. Me paré en friega toda asustada y me fui hacia donde estaba mi primo y lo abracé. Me dijo que me calmara, que todo estaba bien y aunque dudé en decirle lo que había visto se lo dije y él muy calmado me contestó: a lo mejor es Hortensia (mi bisabuela) que viene a despedirse. Le dije que estaba loco y que ya me quería ir, me convenció a sentarme de nuevo pero ya no podía ver hacia ese lugar y me senté viendo hacia el pasillo de los velatorios.

Llegamos de nuevo al salón donde estaba mi familia y le dije a mi mamá lo que me había pasado y me dijo que me calmara que igual y me lo imaginé (hasta la fecha me sigo convenciendo de eso).
A mi hermana y mi hermano ya se los habían llevado a la casa para que durmieran un poco, al otro día llegó mi hermana diciéndome que soñó con mi bisabuela y mi curiosidad pudo más y le pregunté que cómo la había visto. Me describió a la mujer que yo vi en la cafetería.

Si acaso fue Hortensia la que estaba en la cafetería, ya platiqué con ella y le dije que no lo volviera a hacer porque a la próxima sería yo la siguiente en estar junto a ella. Y si no fue ella, por las dudas, cada que voy a visitarla no hay modo que yo voltee a ver las ventanas de los velatorios de ese panteón, siento que si veo para allá volveré a ver esa imagen y me muero de miedo.

Diiviina

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Un premio más


Hace unos días me encontré en el blog de Mariela una grata sorpresa: el Premio Amig@s de Internet. Gracias amiga por pensar en mí, apapachos.









Al recibir el premio debo:

1- Enlazar al blog que te lo entregó (ya está, en el nombre de mi amiga).
2- Poner en tu blog las reglas (aquí les van).
3- Entregar a seis amigos (Ups, no puedo. Yo se los doy a todos, soy incapaz de decidir por solo seis).
4- Avisarles en su blog que tienen un premio (Mejor les aviso desde el mío ¡Hey¡, tienen un premio acá, recíbanlo por favor).
5- Contestar las siguientes preguntas:

a- ¿Por qué te decidiste a tener un blog?
Uy, la respuesta es mera larga, pero resumo diciendo que quería dejar un archivo de historias de sobremesa para mis nietos, bisnietos y tataranietos. Además quería retroalimentarme con otras historias similares, divertidas, insólitas, etc. de otras personas. Para quien tenga el tiempo y la paciencia de querer ahondar, les dejo un enlace en el que precisamente escribí sobre por qué abrí mi blog.

b- ¿Cuánto hace que lo tenés?
Un año y tres meses (publiqué la primer entrada el 11 de agosto de 2008)

c- ¿Qué sentimientos tuviste a través del mismo?
He sido muy feliz

d- ¿Has hecho muchos amigos?
Eso creo

e- ¿Qué significa para vos la amistad?
Los amigos son los hermanos que uno escoge

f- ¿Qué te gustaría decirle a un amigo hoy?
¡Venga un apapacho!




Bueeee, si no quieren llevarse el premio a sus blogs, al menos podrían responder a las preguntas por acá... Y si no, al menos díganme ¿Qué es lo mejor que les ha pasado en su vida bloguera?


Apapachos.

P.D.
Estoy enfermita (gripe, nada más) así que creo que estaré fuera de circulación. Eso sí, tienen una cita aquí este viernes 13, la entrada ya está programada.
Porfis, perdonen si no me aparezco por sus blogs, realmente estoy malita.  :o(

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lunes, 9 de noviembre de 2009

Analfabetas digitales I


El lunes ha llegado, démosle la bienvenida a una semana nuevecita, lista para ser estrenada con experiencias especiales y, por qué no, con más historias para compartir.
Aquí les va ésta, que me la contó mi sobrino mayor, el Pancho, quien trabaja en un call center de asistencia técnica (para usuarios en Estados Unidos que tienen problemas con el internet y esas cosas, entiendo).
Mi sobrino tiene, pues, que ayudar "en línea" a los clientes. 
- ¿Les tenés que hablar en inglés? ¿no se te complica?, pregunté.
- "Con los gringos no hay ningún problema hasta el momento. El idioma no es obstáculo. La cosa se complica cuando tenemos que atender migrantes latinoamericanos porque allí no es cuestión de idiomas... es que les cuesta su cachito, principalmente si son personas mayores", dijo mi sobrino.
- ¿Cómo así?
- Para ponerte un ejemplo, el otro día le estaba dando instrucciones a un señor: "coloque el mouse en el botón de inicio, dele click derecho y le aparece un menú". El hombre lo intentaba infructuosamente y me decía "no sale nada usté". Me di cuenta de que el señor estaba colocando físicamente el mouse sobre la pantalla.
¡Plop!


--ANUNCIOS--
1. Así como esa historia, el Pancho y mis otros sobrinos y sus amigos tienen muchas otras más, así que poco a poco las iremos contando. Y ya saben, también son bienvenidas sus historias. Solo que me tienen que tener paciencia, pues tengo una filita un poco larga de historias citadinas para compartir.
2. La lluvia implacable me impidió visitar el parqueo que funciona donde una vez estuvo erigida la casa de la tercera avenida... veremos cuándo puedo hacer la visita prometida.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Un regalo de Cass


No tengo palabras para explicar todas las cosas buenas que la blogósfera ha traído a mi vida. Recientemente Diana lo dijo muy parecido a lo que yo pienso. Y también, de alguna manera, algo había comentado yo en mi primer post en El Sur también existe. 
Y es que a pesar de la distancia física, este medio nos acerca a personas con quienes nos llegamos a identificar mucho. Esto me pasó con Cass, una escritora uruguaya que tiene blogs verdaderamente mágicos, llenos de buena vibra.
A ella le dediqué mi segundo post en ese blog, porque sus ojos fueron capaces de captar la magia con la que yo veo "el fin del mundo", ese pedacito de tierra donde está ubicada mi casita de cuento. 

Cass me regaló hace unos días su visión del camino a mi casa. Esta es su versión, la cual ya enmarqué.
Gracias Cass, apapachos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Hallazgo en la casa de la tercera avenida


Y bueeee, es viernes y yo creo que generé mucha expectativa sobre la continuación de los incidentes de la famosa casa de la tercera avenida. Quizás esperen una gran historia. Me disculpo... fue la euforia del momento.
Como les conté, el sábado después de haber publicado la historia le pregunté a mi mamá por otros fenómenos de la famosa casa. Me contó que aquel día mi papá llegó muy temprano a la casa de la tercera avenida porque lo llamaron desde tempranito. Encontró a todo el mundo desvelado y cansado pues los fenómenos habían empezado desde la noche anterior y no cesaban. Un amigo de mi papá le contaba sobre las cosas que habían ocurrido... de hecho, mientras le hablaba a mi progenitor y se quejaba de que les arrojaban monedas o tierra a la boca, se detuvo un momento y luego le mostró la lengua a mi papá: estaba llena de tierra, cuando segundos antes no tenía nada.
En fin, luego ocurrió lo de la medium. Cuando vio a una huésped llamada Thelma, la medium reaccionó violentamente y dijo que ella era la que había generado todo eso. También pidió que quien no creyera en esas cosas se retirara... en fin, cuento esto para completar un poco (¿o para confundir?)
Lo que yo ignoraba o no recordaba es que también estuvo presente la Policía. Sí señor... también debe haber existido algún "parte" policial en el que constara algo de lo que se vivió en aquella jornada.
Lo cierto es que algunos agentes se hicieron presentes y en compañía de ellos fueron abriendo cada una de las habitaciones. 
La última, la que alquilaba un hombre padre de dos personajes de la vida pública nacional (cuyos nombres me reservaré, por aquello de incurrir en algún delito), fue la que sorprendió a todo el mundo. Al abrirla, todos quedaron atónitos. Había un altar de brujería. "Enfrascados", velas negras y rojas, fotografías de algunos santos, fotografías de personas, puros, huevos, limones... hasta sapos (supongo que muertos) encontraron en aquel recinto.
Según mi madre, la policía cargó con todo aquel repugnante cachivachero y, cuando el dueño se presentó, también los tuvo que acompañar a la comisaría.
Al parecer allí terminó todo. Sin embargo, eso no impidió que los siete (ya me confirmaron el número) religiosos que se habían hecho presentes y que fueron atacados sin poder terminar su exorcismo (o lo que hayan llegado a hacer) decidieran decretar que ante aquella casa hubiera una parada obligatoria de cierta procesión. Según yo, la procesión corresponde a una virgen que está parada sobre una luna (me baso en un recuerdo personal y en una fotografía que debe estar en algún lugar de la casa de mis padres). Según mi mamá, la procesión es una de Semana Santa (se basa en sus recuerdos). Seguramente la versión de mi madre será la más fiable.
Mis papás aseguran que después de desinstalado el "altar" que encontraron, no volvieron a ocurrir cosas extrañas. Mi hermana Vivi y yo recordamos que hubo otros incidentes, incluido el que me ocurrió en carne propia.
Y bien, mañana espero poder entrar en el parqueo que ahora está en el lugar en que una vez se erigió la casa de la tercera avenida. Veremos si quienes allí trabajan ahora tienen alguna nueva historia para contar en este blog uno de estos viernes.
Apapachos a todos y feliz fin de semana.


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Cass y Rochitas
Aunque no se trata precisamente de "lecciones", en mi otro blog he compartido algunas vecess tips sobre la forma como yo dibujo con paint. En este enlace encontrarán algunos otros enlaces a dichos posts. Agrego también este otro enlace.
Apapachos y espero que les gusten.


Anoche publiqué una nueva entrada en El sur también existe, por si quieren leer otro tipo de locuras mías. Se trata de un blog en el que me invitaron a participar varias amigas del Sur, cuyas entradas son realmente extraordinarias. Lo invito a leer el blog (no solo mi entrada). 

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La del otro lado...


Cambiemos un poquito la tónica de las entradas de estas historias citadinas.  Hace algún tiempo que quería compartir una historia que, aunque es un poco triste, porque su protagonista ya no está entre nosotros,  nos recuerda cómo ha pasado el tiempo... y cómo han cambiado las cosas.
Ya mis hijas no tienen ni idea de lo que pueda ser un disco long play o uno de 45 revoluciones. Aquellos discos de acetato que quizá todavía alcanzaron a escuchar los que andan rondando los 30 añitos... no lo sé.
Esta me la recordó mi hermana Vivi, así que los dejo con su relato:
El protagonista era un chiquillo de apenas dos años de edad llamado Héctor Owaldo (q.p.d.). Era pariente de un tío político nuestro oriundo de Zacapa.
La cosa es que este lindo nene era muy  precoz e inteligente y era la adoración de casi toda la familia. A su edad sabía contar hasta cien, sabía el alfabeto (recitarlo por supuesto), era alegre y extrovertido. Cuando le preguntaban su nombre, contestaba a todo pulmón, muy orgulloso por supuesto "HÉCTOR OSWALDO CALDERÓN PAIZ TERRAZA CHACÓN".
Vivía con mis tíos pues el clima de Zacapa afectaba su salud. Él cantaba y bailaba, y como mucha gente que llegaba a visitar nuestra casa, le fascinaba pedirle a mi papi que sacara su guitarra y le acompañara con su canción favorita "Volver Volver", de don Vicente Fernández.
Él era el orgulloso dueño de una copia de la canción en  un disco de  45 rpm., razón por la cual se la sabía la completita. Y le decía a mi papi "Kio… tocá Volvesh Volvesh"… y así empezaba el show.
Un día al terminar de cantar "Volver volver" le dice a mi papi "ahora cantemos el ocho lado". (Hasta la fecha no recuerdo si alguien sabía que canción estaba en el lado dos de su disco de 45RPM. Tal vez la cuaches –unas vecinas- pero ellas tenían el long play).

lunes, 2 de noviembre de 2009

Post data a la casa de la tercera avenida



Para abonar al tema de la casa de la que hablé el viernes pasado, donde ocurrieron extrañas situaciones paranormales, quisiera contarles algo que me ocurrió allí siendo yo aún muy pequeñita.
Debo haber tenido unos 5 ó 6 añitos, pero lo que me pasó se quedó tan grabado que cuando lo recuerdo viene a mi memoria muy fresco, como si hubiera sido ayer.
Lo cuento hoy lunes y no un viernes ya que no necesariamente se trata de algo paranormal o de terror.
Aquella era una casa que tenía un gran zaguán en la entrada y un largo corredor, a lo largo del cual se distribuían las habitaciones. Además, en medio, dividiendo los dos patios, estaba el comedor.
Recuerdo que yo estaba sola jugando en uno de los patios, tenía la carita apuntando hacia el suelo (quizá estaba jugando con las hormigas) cuando de pronto algo golpeó mi boca. Fue como si desde el suelo me hubieran lanzado con fuerza una moneda de un centavo. Pudo haber caído desde lo alto y luego rebotar hacia mi boca, pero resulta que, en primer lugar, no había nadie cerca que pudiera haberla lanzado… y en segundo lugar, nunca escuché el rebote. Fue, como les digo, como si la moneda hubiera sido lanzada desde el piso… ¡imposible, ilógico, increíble! Ya lo sé.
Vi hacia el techo pero no había nadie. Además, era un techo de láminas, se hubiera escuchado si alguien hubiera estado arriba.
Tomé la moneda observé la efigie de Fray Bartolomé de las Casas. Me dio miedo, en ese momento me dio mucho miedo. Lo vi como un monstruo, como un ser despreciable y malo… y amenazador.
A pesar de que era pequeña, tenía la certeza de que como era algo ilógico nadie me iba a entender si lo contaba, así es que creo que no se lo conté a nadie.
Esa misma noche tuve una pesadilla con Las Casas. Soñé que él estaba en mi casa, sentado sobre unas cajas de aguas (gaseosas) que estaban en la cocina. Me estaba esperando con una horrible cara de maldad. Supongo que ni corta ni perezosa me fui a meter entre mis papás.
La pesadilla fue recurrente, me persiguió por muchos años. Hasta que, finalmente, desapareció de mi vida aunque el recuerdo quedó imborrable, como tatuado en mi memoria. Este fin de semana, el sábado, cuando estábamos picando la verdura para el fiambre (mmmm) le pregunté a mi mamá qué otras cosas habían ocurrido en aquella casa. Su respuesta me dejó helada, pero me la guardaré para algún otro viernes. Eso sí, entre otros fenómenos "menores", mencionó que a varias personas "les habían arrojado monedas" ¡Plop!