jueves, 31 de diciembre de 2009

¡Bienvenido 2010!


Esta noche, cuando los relojes marquen las 0:00 horas, cuando pasemos la página de un día a otro, un mes a otro, un año a otro, comeré (como es tradición) una a una 12 uvas. Por cada una pediré un deseo, estén seguros de que al menos uno de ellos se relaciona con ustedes.
Mientras, tomo mi copa y brindo por este hermoso año que nos ha dejado tantos gratos recuerdos, tantas lecciones, tantos aprendizajes. Brindo por la vida y por la felicidad.
Un abrazo a cada uno de ustedes y mis mejores deseos porque este año que estrenaremos venga cargado de mucha dicha, prosperidad, sabiduría y sobre todo, como dice W. Mercado...: mucho, mucho AMORRRRRR
¡Feliz 2010!

martes, 29 de diciembre de 2009

Un ardiente Año Nuevo

Hola a todos


Como imaginarán, este fin de año ha estado un poco movido, por eso he andado semidesaparecida. Pero no quiero terminar el año sin antes compartir con ustedes una historia que nos envió Maribel de Morales.
Como he dicho antes, las historias de Maribel y su familia son muy parecidas a las de mi familia... pero creo que en mi casa, a pesar de que casi todas mis hermanas eran piromaníáticas, nunca llegamos a estos extremos (...creo).
Los dejo con Maribel y los espero el 31 para que brindemos por un venturoso año 2010.
Apapachos, mil

Casi siempre en mis historias soy una expectante pasiva, en esta ocasión muy a mi pesar, soy la protagonista de un incidente con el que iniciamos un Año Nuevo poco usual.

No recuerdo bien cuántos años tenía en ese entonces, pero serían menos de 7.  Mi abuelita pasaba las fiestas navideñas y las de fin de año con nosotros desde que tengo uso de razón hasta que dejó de hacerlo unos pocos años antes de su muerte.  Era un personaje muy importante, ya fuera por sus ocurrencias, alegría, detalles para con los nietos, en fin, alguien decía que la  Navidad no estaba completa sin “la abuelita”.

Siguiendo nuestras tradiciones, hacíamos arbolito navideño y en el piso se hacía en nacimiento, adornado minuciosamente con figuras de barro, ranchitos, fuentes, ríos y el lugar más importante era para los Niños Jesús (eran 3) que se disponían de la mejor forma en el nacimiento para que cada uno fuera el más visto en este bello paisaje.

Se les vestía con trajecitos hechos especialmente para la ocasión, siendo ésta vez, unos vestidos en ganchillo y que en la parte de afuera tenían algodón de vivos colores con adornos muy bonitos.  Usaban gorrito y escarpines y en año nuevo se les sentaba en una sillita de madera laboriosamente tallada para ellos.

El arbolito era sin hojas, como estaba seco, se pintaba con pintura plateada en aerosol y se decoraba con esferas y figuras propias de la época.  Como en nuestros países tropicales no tenemos nieve en ninguna época del año, salvo en las cumbres muy altas que muy de vez en cuando cae escarcha, nos gustaba imaginar que nuestro arbolito tenía nieve, ya fuera con nieve artificial o con algodón blanco.

Junto al nacimiento se ponían veladoras, que se encendían a la media noche, justo cuando era el cambio de año y se rezaba por todos nuestros familiares y conocidos, deseando que ese año fuera mejor que el anterior.

Compraban para estos festejos cohetillos, estrellitas, bombas de luces, etc., todo para celebrar.  A mí me compraron las famosas estrellitas y como era chica no podía ni usar vela para encenderla y mucho menos un cigarrillo con el cual se encendían los cohetillos.  Así que mi abuelita con su buena intención e inocencia, me dijo que encendiera mi estrellita en la veladora del nacimiento.  Y vengo y le hago caso y una chispa cae en el algodón del arbolito y empieza a quemarse estrepitosamente todo lo que allí había. Cuando vimos semejante incendio todos los que estaban en la sala empezaron a gritar y se le unieron los que estaban fuera.  Como no podían apagar el arbolito el fuego ganó terreno y se pasó a la cortina de la ventana que estaba cerca, mi tía gritaba primero por el árbol, luego subió de tono cuando vio la cortina en llamas y por último los vestidos de los Niños Jesús, que también se habían encendido.

En un acto de desesperación vino mi tío temblores –que creo que con todas las cosas que nos pasaban, ya estaba entrenándose como bombero- arrancó literalmente el árbol del nacimiento con las series de luces colgando y lo sacó a la calle.  Menos mal que había una puerta muy cerca y conveniente, ya que el fuego no se apagaba.  Al fin lograron controlar el incendio y rescatar a los Niños Jesús que a pesar de que les quitaron sus vestidos, sufrieron daños considerables que ameritaron llevarlos a reparar.

Después de haber pedido cuentas de cómo sucedieron los hechos, creo que la única regañada en esta ocasión fue mi pobre abuelita, por haber dado el consejo a su nieta de encender la estrellita en la veladora.  Me recuerdo que lo único que hice fue solidarizarme con mi abuelita y lloramos juntas por haber hecho la travesura y también en agradecimiento a Dios de que ¡no quemamos la casa!.

Creo que los vecinos al ver el espectáculo dirían que éramos unos exagerados para celebrar, pues en lugar de quemar cohetillos y bombas de luces, quemábamos árboles adornados para recibir al Año Nuevo.




jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

Hoy es un día especial para muchas personas en diferentes partes del mundo. Para mí también lo es.

Mis hijas y yo (y el Juanito, nuestro poodle) queremos desearles unas tranquilas y felices fiestas en compañía de sus seres queridos.
En estos días será difícil que publique alguna entrada o que visite sus blogs. Pero la próxima semana volveré con más historias.
Apapachos cariñosos.

P.D.
Si desean leer algunas historias navideñas, les dejo algunos enlaces de la navidad pasada.
Alucinación colectiva
Experiencias sobrenaturales
En las piernas de Santa

martes, 22 de diciembre de 2009

El olor de mamá...

Uy... vengo muy atrasada con mi propio blog... y con los comentarios en sus respectivos blogs.

Pero bueeeeee, ya estoy aquí con una maravillosa historia que si bien no es navideña, es muy hermosa y tierna. Nos la envió LadyMarian quien, no lo dudo, tiene una hermosa familia. Los dejo con nuestra invitada de hoy:



Mi abuela materna hace muchos años que murió pero siempre ha sido recordada con muchísimo cariño en mi familia. "Abue" (para todos sus nietos) o "Lilita" (como le decía yo) era una mujer que tenía mucha experiencia en el cuidado de los chicos (tuvo 4 hijas y 10 nietos) y además era muy perceptiva (a veces incluso un poquito "brujita"). Era muy cariñosa y a su vez tenía un carácter muy decidido. Todos tenemos recuerdos muy lindos de momentos vividos con ella. Era la típica abuelita que tenía la cartera llena de caramelos sueltos para que revolviéramos y sacáramos algunos.

A los pocos días de haber nacido yo, mi madre tuvo que salir a hacer un trámite muy importante y le pidió a mi abuela que se quedara conmigo. Mi madre, por supuesto, se sentía bastante angustiada por esto ya que era madre primeriza y era la primera vez que me dejaba a cargo de alguien.  
Al rato de haber salido, yo comencé a llorar y entonces mi abuela me dio el biberón (en Argentina se dice mamadera). Sin embargo seguía llorando. Probó entonces con todas las posibles molestias que pueden tener los bebés pero no tuvo éxito. Finalmente a Abue se le ocurrió envolverme con la bata que mamá usaba todos los días sobre el camisón porque era la prenda que seguramente podía tener más el olor de mi madre. ¡Inmediatamente se produjo el milagro! Dejé de llorar en el acto y cuando mi madre regresó me encontró dormida como un angelito. Es la prueba de que el olor de la madre es importantísimo para los bebés... y que hay que tener sensibilidad para entenderlos.


sábado, 19 de diciembre de 2009

Ocurrencias: Cuestión de vocación


Definitivamente Rembrandt sabrá por qué no me pintó en su "Lección de Anatomía".

viernes, 18 de diciembre de 2009

Espíritu navideño



Mea culpa. Hoy es viernes y quizá algunos esperaban encontrar aquí una anécdota de miedo o de situaciones paranormales. Lo siento.
¿Saben? no fue falta de historias... creo que la culpa de que hoy no publique una de esas anécdotas la tiene mi espíritu navideño. Tenía algunas buenas historias, pero no tuve ánimo para ilustrarlas.
Así que el infaltable Rufi se me ha unido este viernes para comunicarles que a partir de hoy y por los próximos viernes entre Navidad y Año Nuevo, nos daremos vacaciones de ese tipo de temas.
Gracias por comprendernos y disculparnos.
Prometemos volver a las andadas en cuanto hayan pasado las fiestas.
En cuanto al resto de historias citadinas... seguiremos publicándolas sin falta. He recibido muchos aportes y sólo necesito que me tengan paciencia porque aún no estoy bien organizada para su publicación.
Apapachos navideños.


P.D.
Hoy estoy estrenando una nueva sección. Gracias a Lujo, en la columna derecha tengo un contador de entradas publicadas y de comentarios recibidos. ¡Mil gracias, Lujito!
Apapachos especiales

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Suertuda


Soy una mujer feliz... porque soy muy suertuda. La vida me ha regalado tantas cosas buenas... y el blog es una de ellas.
Aquí he conocido personas con las que quizás jamás pueda estar frente a frente, pero siento su cariño y amistad como si las conociera de toda la vida. 
Y aunque no necesito recibir premios para sentirme querida y apreciada, cuando éstos vienen... ay, me pongo a brincar de contento. Demoro un poquito en colocarlos porque tengo el vicio de publicarlos hasta que les he podido hacer un dibujito.

En fin, mi amiga Diana quien desde México tiene el blog Diana, me ha invitado a jugar a la lotería... y si bien no entiendo muy bien cómo es la cosa, pues estoy feliz pues he ganado el premio mayor: se llama AMISTAD.
Y bueee, como ya expliqué que me cuesta entender el asunto, les dejo copia (parafraseada en algunas partes) de lo que Diana escribió en su blog al respecto:



Este juego de lotería proviene de una iniciativa de Alas de plomo, ya que el año pasado hicieron la misma idea de jugar un cachito de loteria española. Es exclusivamente para blogs.
 El sorteo es el dia 22 de diciembre 2009 y me llega a traves de mi amiga Diana (como ya dije), quien a su vez lo recibió del poeta Lumpenpo: http://lareddelnavegante.blogspot.com/ 

 Aquí les dejo el enlace del autor del proyecto Alas de Plomo, donde viene como funcionara esto si resultamos agraciados http://alasdeplomo.com/2009/11/14/regalamos-loteria-de-navidad-2009/comment-page-9/#comment-32608

Este "cachito" lo regala la administración de lotería Z-13, en Gran Vía 36, de Zaragoza.Teléfono 976 -23 57 69.
La idea es pasarlo a 5 blogs mas. Asi que como ando quebrando mis reglas, aquí les dejo cinco blogs que sorteé al tin marín, porque no puedo decidir yo solita:
Tutto Alex (de Alexxx)
Dianitah (de Dianitah)
Cristian Mejía "De mi mundo" (de Cristian)
Ubuntu y Tecnología | Obux (de JoséKont)
Diálogos con Th3 J0k3r (de Chirilo)

Hasta donde entiendo, ahora cada uno de los mencionados tiene que tomar su cachito, ponerlo en su blog y correr a anotarse en el blog de Alas de Plomo para que te de tu numero de participante.


Cualquier duda o pregunta contactar directamente con ALAS DE PLOMO





¡Otro premioooooo!



Por si fuera poco, María José (del blog Lugar de encuentro) y Eva (cuyo blog es La Cala) coincidieron en otorgarme el premio Amante Literario.
Las condiciones de este premio son:
*Agradecerlo a quien me lo concedió: Mil gracias, Eva y María José
*Otorgarlo a 10 blogs y avisarles. Bueee, aunque mi política siempre ha sido no designar blogs, esta vez haré una excepción para poder reconocer la calidad de los blogs que visito y que son meramente literarios.


Finalmente debo decir por qué me gusta leer. Y bueee...  no estaba preparada psicológicamente para esto, así que sólo diré que no concibo la vida sin el placer que me da la lectura... así que leo por puro placer.


martes, 15 de diciembre de 2009

La madrina del Niño Jesús


Hola amigas y amigos...
Sigo muy lejos de la web y por eso hasta hoy me percaté de que mi historia para ayer no se publicó... Bueeee, fue mi culpa, quizá no la dejé bien programada. En fin, como estamos en la época navideña, les dejo una historia de Maribel de Morales quien realmente debe ser mi pariente. Júzguen ustedes mismos, esta es la historia contada por ella:


Las costumbres en nuestras familias forman parte de una cultura chapina muy peculiar. Siempre que se compraba una imagen del Niño Jesús o de cualquier otro santo, se acostumbra llevarlo a la iglesia para que lo bendigan con agua.  Deben acompañar a este ritual, la persona dueña de la imagen y un padrino o madrina según sea el gusto de cada quien. 
En mi caso yo fui la madrina, seguramente tendría pocos años y con eso de los caprichos de los chiquitos, quería llevar en una cajita la imagen de yeso del Niño Jesús.

Íbamos caminando desde mi casa hasta donde quedaba el templo, que serían unas seis cuadras o bloques y casi siempre era después de la misa del domingo.

El trayecto lo hacíamos lo más despacio posible, pero en una de esas, ¡zas¡ que me tropiezo y se me cae la cajita con la imagen y ésta que se rompe.

No tuvimos más remedio que regresarnos a la casa con el respectivo regaño y a esperar a comprar otra imagen. Cuando al fin la compraron, fue la misma historia, yo me empeñaba en llevar la cajita y otra vez que se quiebra.

Para no aburrirnos con la misma historia, este episodio se repitió muchas veces, hasta que cansada la dueña de la imagen, la llevamos a bendecir tal y como quedó después de botarla y no sería la cara de sorpresa del padrecito al ver que lo que queríamos que nos bendijera no era una imagen, sino un rompecabezas de la imagen.

Creo que con todo esto, mi familia ya me veía con preocupación y ya estaban pensando en echarme nuevamente el agua bendita del bautismo, pues o quebraba o quemaba las imágenes del Niño Jesús.  

Hasta la fecha me sigue pasando que se me caen y se quiebran o se rajan. :s

viernes, 11 de diciembre de 2009

Un saludo especial



Uy, casi no llego a tiempo... supongo que todavía es viernes en otros países... En fin, publico un poquito tarde la historia de hoy porque decidí cambiar la que tenía lista por una increíble historia que comparte con nosotros Mariela, del blog Movimientos breves rosarionos.
Desde que la leí, pese a que me recorrió un escalofrío... sólo puedo pensar en un comentario que me han hecho creo que LadyMarian y Maru Luarca y que va en el sentido de que quizás hay algo más después de todo esto y quienes se nos han adelantado, a lo mejor no están tan lejos. Digamos que el más allá está bastante más acá de lo que podría creerse. En fi, los dejo con Mariela:


Esta historia me la contó mi papá, y la escribí como me la contó él a mí.
Mi papá conoció un hombre, que hablando de cosas relacionadas, le dijo: Si yo le cuento algo, ¿usted me lo va a creer?
Sí, le dijo mi papá, yo creo todo, ¿qué le pasó?
Entonces el hombre le contó:
Yo trabajaba en el Gobierno, en Buenos Aires, entonces había alquilado un departamento y me iba de lunes a viernes con mi señora y mi hija al departamento, y el fin de semana yo me volvía a Rosario, porque soy de Rosario y tenemos la casa en Rosario.
Una semana ni mi señora ni mi hija me pudieron acompañar, así que fui solo. Yo estaba durmiendo, pero no sé si estaba dormido o despierto, estaba acostado. De pronto veo una luz blanca brillante en el dormitorio, no sé de donde salió. Entre esa luz, de pronto se me presenta un joven de unos dieciséis, diecisiete años, vestido con pantalón, camisa y mocasines y me dice: Usted conoce a mi papá, es el que vive en el 3º A. Dígale que donde yo estoy,  estoy bien, y desaparece. No sé si es un sueño o lo vi.
Vuelvo a Rosario y le cuento a mi señora y me pregunta: ¿Fuiste a verlo al señor del 3º piso? No, cómo voy a ir si apenas lo conozco. Va a creer que estoy loco.
A la siguiente semana, vamos con mi señora y mi hija y al momento de almorzar una fuerza me saca de la silla y me lleva hasta el ascensor. No sé como aparezco en el piso tercero tocando timbre en el departamento A. Sale el hijo y me pregunta qué es lo que deseo, y le digo que quiero hablar con su padre. Me dice: En este momento no lo puede atender, porque está en una reunión muy importante.
Vuelvo a mi departamento que está en el 5º piso, me siento de nuevo a querer almorzar y de nuevo una fuerza me saca y me lleva hasta el ascensor. Vuelvo a aparecer en el 3º piso, tocando timbre, en esta oportunidad me atiende la señora, me pregunta qué deseo, le respondo que quiero ver a su esposo, me responde que no, porque está en una reunión y no lo puede molestar, me pongo como loco, empiezo a los gritos y aparece el señor que yo buscaba. Me pregunta qué deseo, le digo que me acompañe hasta mi departamento, me dice que no puede, tanto le insisto que me acompaña. Llegamos hasta mi departamento, tomamos asiento, le cuento lo que me sucedió y el hombre se desmaya. Cuando vuelve en sí me dice que ese era su hijo que falleció en un accidente hacía siete años y que hoy era el cumpleaños y cumplía diecisiete años y que nadie en ese edificio sabía que él tenía un hijo que había fallecido en un accidente, porque al fallecer su hijo vendieron la casa donde vivían y compraron este departamento.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Ocurrencias



Hola a todos...
He estado ausente un par de tres días... así que no he podido comentar sus últimos comentarios y tampoco visitar sus blogs... perdónenme, porfis.
Les cuento que acabo de inaugurar una sección en mi otro blog, se llama ocurrencias y la pueden conocer en este enlace. Este es el primero de una serie de dibujitos que a veces se me ocurren sin que medie una historia de por medio. Espero que les guste...
Apapachos

lunes, 7 de diciembre de 2009

El enfermo imaginario


Para empezar la semana no nos vamos a poner cultos y evocar a Moliere, el gran dramaturgo francés...
Pero vamos a tomar prestado el título de una de sus obras para contar la historia de Samuel, un perrito hipocondríaco.
Samy (diminutivo de Samuel) es un chihuahua consentido. Vive con una familia que lo adora (lo idolatra). A donde quiera que van, Samy está con ellos, en el mejor lugar, por supuesto. Como los hijos ya no son niños, toda la familia "chochea" con el tal Samy. Y el chucho es re malacate, tiene mal genio con el resto del mundo.
Pues bien, hace poco hablé con Chichí, la dueña de Samy y me contó que el perrito les dio recientemente tremendo susto.
"Un día yo me estaba pintando las uñas de rojo", me contó Chichí, "y como el Samy estaba allí metido le pinté una de sus garritas".
A los pocos días Samy dejó de comer, empezó a cojear, no caminaba, estaba desganado... en fin, enfermó terriblemente.
Lo revisábamos y el perrito apenas si se dejaba tocar... pero no soportaba que le tocaran la patita.
Chichí le habló a su esposo y le pidió que llevara a Samy de emergencia al veterinario pues ya llevaba tres días "en cama", desganado, deprimido, llorando de dolor.
El esposo tomó al perrito y lo colocó con cuidado en el auto y se lo llevó, pero con tan mala suerte que al llegar a la veterinaria ya estaba cerrada.
De vuelta a casa el hijo mayor se puso a consentir al animalito. Para poder ver lo que ocurría en su patita, decidió despintarle la uña roja. Tomó un algodón con acetona y eliminó aquel esmalte. El perrito, entonces, al ver que ya no tenía la uña roja, saltó del sillón y salió corriendo como si nada... No volvió a cojear, dejó de llorar, jugó, correteó, comió y bebió su agüita de lo más fresco.
No fue necesario esperar al otro día para llevarlo al médico. Aparentemente el color rojo en su patita generó un efecto negativo que lo hizo somatizar. Para mí que el chucho necesita un psiquiatra.
¡Plop!

viernes, 4 de diciembre de 2009

Despedida II


A lo largo del tiempo me he convencido de que la gente atribuye a una "despedida" el hecho de que justo cuando una persona fallece, algo muy extraño ocurre a alguna persona cercana. Me lo confirman los comentarios en la historia de Diiviina y en la de Laura, para citar dos ejemplos.
Y en mi largo recopilar anécdotas de todo tipo, estoy comprobando que tengo todavía algunas historias similares por compartir.
La historia que les traigo para hoy, la vivieron mi ex y su mamá unos años antes de que yo los conociera.
Sucede que ellos habían vivido muchísimos años en una hacienda en la provincia hondureña, donde tuvieron ganado y cultivos, y donde mi ex suegra tuvo a su cargo un comedor infantil en donde salvó muchas vidas de pequeños y muchas veces de sus madres. Pero luego, vendieron muchas de sus propiedades para trasladarse a la capital. Allí construyeron una linda casa a la que mi ex y su mamá se fueron a vivir, mientras el papá y un hermano de mi ex  terminaban de finiquitar algunas cosas.
Cuando mi ex y su madre se pasaron para aquella casa, ésta aún no estaba terminada. Había en el pasillo a lo largo del que se ubican los dormitorios, unos tablones de caoba que habían traído de la hacienda... Otros estaban en la terraza o en el frente de la casa.
Aquella noche, ninguno de los dos podía conciliar el sueño. De pronto, escucharon ruidos en la terraza. Mi ex, se pasó sigilosamente al dormitorio de su mamá para ver si ella estaba bien. Claramente empezaron a escuchar golpes en la terraza, así que no les quedaba duda de que alguien estaba allí arriba. Pero luego empezaron a escuchar como si golpearan con fuerza los tablones. Era como si se partiera el techo sobre ellos.
Lo extraño era que si se trataba de ladrones no podían hacer tanto ruido. En ese momento se escuchó un enorme ruido de cristales. Y ambos pensaron que habían lanzado aquellos maderos contra el ventanal de la sala.
Mi ex, dejó a su mamá y le dijo que saldría a ver qué pasaba. Así que tomó su arma y salió por el pasillo en dirección hacia el comedor y la sala. Ante su sorpresa, todo estaba en orden. Subió a la terraza y no encontró nada. Había absoluta quietud allá arriba.
Esa noche durmieron juntos... es un decir, no pegaron los ojos en toda la noche, porque los ruidos los tuvieron en vilo largo tiempo.
A la mañana siguiente confirmaron que todo estaba en orden. Pero luego recibieron una llamada para darles una mala noticia: doña Fulanita, una de las muchas mujeres desnutridas que la mamá de mi ex había salvado de la muerte hacía muchos años, había fallecido justo a la hora en que empezaron los escandalosos sucesos de la noche anterior. Aquella mujer y mi ex suegra habían forjado estrechos lazos de amistad y agradecimiento. Mi ex suegra no duda que aquella haya sido la despedida de doña Fulanita.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Travesuras infantiles V


Como les conté el lunes, pillaron a mi madre espiando a su hermana mayor y el novio de ésta cuando se cantaban una canción de enamorados... todo, porque mi señora madre no pudo contener la risa.
Esto debe haberle significado no sólo una gran reprimenda, sino quizá también un duro castigo físico (conociendo a mi abuela...).
Lo cierto es que esto no curó a mi mamá. Antes bien, la animó para buscarse un mejor palco. Y pronto lo encontró.
Cierto día llegó a inspeccionar la panadería y descubrió que los sacos de harina eran apilados en círculo, cuyo centro quedaba hueco. No dudo que sus ojitos deben haber brillado ante semejante descubrimiento.
Desde la historia anterior, mi tía y su novio  revisaban bien el local antes de despedirse, pero jamás sospecharían del interior de aquel círculo de costales.
Así que para asegurarse un palco de primera, mi mamá fue a tomar posesión muy temprano en la tarde, así no la verían entrar.
Como la espera fue larga, de varias horas, y no tenía nada qué hacer, el sueño la fue venciendo hasta dejarla completamente entregada a los brazos de Morfeo.
Llegó la noche y con ella los besos y las canciones de los tortolitos, pero mi mamá se los perdió por estar dormida. 
Más tarde, cuando la familia se percató de la ausencia de la niña, se desató una búsqueda frenética por toda la enorme casa (incluida la panadería).
Después de buscarla por largo tiempo infructuosamente finalmente la encontraron. No sé si fue porque mi mamá despertó, o si fue porque a alguien se le ocurrió ver entre los costales de harina. Los cierto es que, aunque esa vez no pudo ver ninguna escena entre los enamorados, tampoco aquel día se libró de otra buena tunda.
Bien dice el dicho... "Genio y figura... hasta la sepultura".

lunes, 30 de noviembre de 2009

Travesuras infantiles IV



Ya hemos hablado que en toda familia siempre hay un hijo o hija más travieso que los demás (al menos se ha tocado concretamente en tres posts anteriores sobre el tema).
Pues bien, una de las mejores cosas que le pueda pasar a uno es descubrir que uno de sus progenitores tuvo tan dudoso "mérito" en su familia. Eso garantizará alegres historias para recordar y compartir.
En mi caso, se trata ambos padres... así que esto multiplica las historias y explica, de paso, las travesuras de mis hermanas.
Hoy les contaré un poco sobre mi madre... Ah, no sé mis tíos... supongo que fueron tremendos... pero mi mamá seguramente los superó con creces. Ella era la menor de todos sus hermanos, así que venía "corregida y aumentada".
Pues bien, mi mamá fue la más pequeña hija del segundo matrimonio de mi abuelo quien enviudó siendo joven. Luego él se casó con mi abuela, a quien le doblaba la edad. Así que su hija mayor (la del primer matrimonio) era casi de la edad de mi abuela.
Pues bien, esta tía tuvo un laaaaaaargo noviazgo. Creo que duró algo así como 17 años de novia de mi tío hasta que finalmente se casaron "hasta que la muerte los separó" (y supongo que los volvió a juntar).
Pero bueeee, ya me salí del tema.
Lo cierto es que cuando mi tía era novia de mi tío, ellos se encargaban todas las noches de cerrar la panadería que mi abuelo tenía frente al Hospital General. Y como toda pareja de tortolitos, aprovechaban esos momentos de oscuridad y silencio para darse sus piquitos y decirse cosas bonitas.
Mi madre... que era una niña muy traviesa y pícara, se escondía tras el mostrador para ver aquellas escenas que para cualquiera que no sean los protagonistas resultan divertidas.
Cierta noche, cuando apagaron la luz y estaban en ese momento de la despedida, mi tío le cantó a mi tía un trozo de canción:
-"¿Quién te quiere como yo?"
A lo que mi tía respondió, también cantando: 
- "nadie, nadie, nadie..."
Y luego...
-"¿Quien te adora como yo?"
-"Nadie, nadie, nadie..."
La niña (mi mamá) soltó una carcajada y delató el lugar de su escondite ante el sonrojo y enojo de los enamorados.
De más está decirles que por esa travesura recibió una buena tunda y la prohibición de que volviera a espiar a los prometidos... 
...Pero no escarmentó (continuará)...

sábado, 28 de noviembre de 2009

Nancy y Harry Potter o La magia de los blogs



¿Quién dice que la magia no existe? Quien así lo diga será porque no conoce los blogs... estas lámparas mágicas que guardan los sueños y la magia de muchas hadas, duendes y magos que navegan dejando una estela de maravillosas sensaciones en el ciberespacio.
Una de las situaciones más increíbles que he vivido en la blogósfera ha sido que Leonel, del blog Ingeniería simple, quien también participa en Guateciencia, se inspirara en un post que publiqué hace tiempo para convertirme en el personaje de una aventura de Harry Potter. Su texto, titulado Harry Potter y la brujita bloguera es un Fanfic*, el cual es el primer documento que publica en su nuevo blog Afición a la ficción y cuyos capítulos irán apareciendo diariamente, con excepción de los domingos.
Es una historia muy entretenida, amena y muy al estilo de Harry Potter. Realmente estoy encantada de ser esa brujita. Además, hay muchos elementos de mi vida que aparecen en la historia, incluido mi querido y adorado Súper Chevy.



*Para quienes, al igual que yo, padezcan de una enorme ignorancia respecto de lo "Fanfic", les copio lo que encontré en la wikipedia (si bien no es fuente que recomiende, creo que la explicación sí es acertada):
La/el fanfiction o fan fiction (literalmente, "ficción de fans"), a menudo abreviada fanfic o simplemente fic, son relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión o cualquier otra obra literaria o dramática. En estos relatos se utilizan los personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original y se desarrollan nuevos papeles para estos personajes. El término fanfiction hace referencia tanto al conjunto de todos estos relatos como a uno en concreto, según el contexto.
Le agradezco a Leonel y a su hermosa familia, principalmente a su nena Sofía (que ayudó con las ilustraciones), por este hermoso regalo. Los invito a leer la historia y a no perderse las otras muchas que sin duda alguna seguirá publicando este inquieto y polifacético guatemalteco.
Si desean ir leyendo capítulo por capítulo, pueden hacerlo en Afición a la ficción. Si desean leer el texto completo, pero sin ilustraciones, pueden ir a PotterFics.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Despedida


Y bien amigos, llegó un viernes más y con él otra historia de esas que dan cosa. Esta vez, aprovechando que se acaba de conmemorar el Día de la no violencia contra la mujer, les copiaré la historia que me contó una gran amiga de mi infancia, a quien por azares del destino encontré en una de las benditas redes sociales, recientemente.
Resulta que ella fue víctima de un abusador en EE.UU y tenía que cambiar con frecuencia de casa junto a sus hijos, un nene y una nena, ya que el ex marido cada vez que los encontraba les hacía la vida imposible.
Los dejo con Laura*:
Esto nos ocurrió a mis hijitos y a mí la noche en que murió su padre (el de ellos). Nos había ido tan mal económicamente (el divorcio y todos los problemas que causaba el Mengano) que nos tuvimos que salir del apartamentito en que vivíamos.
Afortunadamente unos amigos a quienes habíamos ayudado cuando perdieron el de ellos hacía como 4 o 5 años me llamaron para pedirme que cuidáramos su casa y animalitos por un par de semanas, pues ellos viajarían para la graduación de su hija en la US Airforce.
Cuando le conté de nuestra situación mi amiga me dijo que inmediatamente nos fueramos a su casa pues tienen una casita de huéspedes atrás y su hija no tiene intenciones de regresar pues quiere hacer carrera en la fuerza aérea. "Eso si"...me dijo mi amiga, "si este hombre se asoma por aquí y empieza a causar problemas, van a tener que buscar otro lugar".
La verdad es que no lo veíamos desde hacía mucho tiempo, pero como reaparecía con sus loqueras cuando menos lo esperábamos, acepté el trato solo mientras ahorraba suficiente dinero para un depósito en un apartamento. Mientras mi amiga estaba de viaje me pidió que nos quedáramos en la casa del frente (los niños en la sala y yo en la habitación del matrimonio).
Esa noche mis niños veían tele en la sala y yo en la habitación, cuando mis hijos me dijeron ¡Mami! hay una luz en la ventana de al lado.
- No puede ser les dije, esa casa está desocupada e inhabitable. Los dueños no tienen dinero para repararla. Ellos insistieron, así que me levanté y fui a la sala.
Cuando moví la cortina los tres vimos la silueta de un hombre pelón...como saludando con la mano. La luz era muy pálida, como de una vela, así que la silueta no estaba bien definida. Lo que sí es que los tres la vimos.Lo primero que pensamos fue que el fregado había averiguado dónde estábamos y ya iba a empezar a molestar. Mis pobres hijitos no quisieron que llamáramos a la Policía pues mi amiga nos iba a pedir que nos fuéramos.
Yo solo encendí las luces de afuera. Apagamos las teles y los tres nos fuimos a dormir a la habitación principal, pidiéndole a Dios que el fregado no molestara más.
A la mañana siguiente llevé a los niños a la escuela y me fui al trabajo. Estuve fuera de la oficina casi toda la mañana, pero cuando regresé como a las once la operadora me dijo que de la escuela de la nena estaban llamando y que tenían un mensaje urgente para mí.Lo primero que pensé es que el Mengano había ido a la escuela a decir que no vivíamos en el distrito escolar pues mi amiga vive en otra ciudad vecina (con diferente distrito).
Para no cansar, llame a la escuela y la secretaria me preguntó si conocia a Mengana de Tal, la sobrina del Mengano. La llamé de vuelta y ella estaba llorando (creí que mi suegra habia muerto).Pero me dijo: “mi tio Mengano murió anoche”.
¿Qué? ¿Cómo? ...Sí, respondió, parece que murio atropellado. Le dije que lo sentía y me puse a llorar.
Me fui a la Iglesia y me puse a rezar.
Llegué a la escuela del grande, al enterarse, me dijo que estaba triste pero que no podía llorar, que solo estaba triste por la familia de Mengano. Fuimos a recoger a la nena y tampoco lloró.
Llegamos a casa, les hice algo de comer y estábamos callados. De repente, la nena me dijo, "yo no creo que Daddy esté muerto..."
Yo le dije es cierto hijita, tu tía identificó el cadáver. Y ella me respondió "pero anoche no estaba en Ventura (la ciudad en que murió).... estaba en la casa condenada molestándonos".
En ese momento se me escalofrió todo y recordé el susto de la noche anterior. No sé a qué hora murió, solo sé que murió istantáneamente.
Salimos a ver la casa de la par y no había cortinas y definitivamente estaba desocupada. Las ventanas limpísimas y se veían completa y claramente las paredes y todo. La puerta del frente cerrada a piedra y lodo y el sello intacto de que la casa estaba condenada.
Pese a que asistimos a dos servicios funerarios en donde estuvimos en primera fila, mi hija pasó mucho tiempo pensando que estaban mintiendo, que su papá no había muerto y que nos iba a molestar de nuevo.
Pasado un tiempo, rentamos esta casita en la que vivimos ahora, en un lugar muy tranquilo. Pero tomó mucho tiempo para que la beba se quedara solita en la casa. No se cuando, ella al fin aceptó que el hombre ya no estaba en este mundo. Mi familia piensa que se vino a despedir. Yo le pido a Dios que tenga piedad del pobre hombre. Ahora pienso que estaba enfermo de la mente.
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*Nombre ficticio, a solicitud de mi amiga. Única condición para que yo pudiera contar su historia.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

José María Vargas Vila o, mi primer club de lectura


Desde pequeña me gustó leer. Mi primer libro (mío de mi propiedad, no comunitario como lo eran casi todos los libros de cuentos que tenía que compartir con mis hermanas) se llamaba "El caballo de Troya" y fue un primer encuentro con la mitología griega y romana, y con mi queridísimo Homero.
Luego vino Corazón, de Edmundo de Amicis y todos los de Louisa May Alcott y Julio Verne. En fin... pero siempre mis lecturas fueron solitarias. Mis hermanas preferían jugar beisbol, así que no tenia con quien comentar los libros.
Durante toda la primaria una de mis mejores amigas fue Dorita, con ella estudiábamos mucho y hacíamos tareas juntas. Éramos muy afines.
Recuerdo que el día que empezamos la educación secundaria (estábamos por cumplir los 13 años) el director del instituto nos dio la bienvenida. Entre su largo discurso hubo algo que aún recuerdo como si hubiera sido ayer: "Aquí tienen una biblioteca, aprovéchenla. Lean... bla, bla, bla" y agregó las palabras mágicas:"pero tengan cuidado con lo que leen, ni se les ocurra leer libros como los de Vargas Vila... bla, bla, bla". 
El bla, bla, bla, era algo así como un energúmeno, un monstruo, alguien con ideas terribles... Así es que "dicho y hecho"... En ese momento Dorita y yo nos pusimos "ojipláticas", como diría Lujo. Se nos iluminó el rostro e inmediatamente después de la cordial bienvenida, lo primero que hicimos fue comentar el dichoso "comentario".
- "Mi papá tiene los libros de ese Vargas Vila, he visto que los guarda aparte", dijo Dorita.
- "Pues bien, vas a tener que ir a buscarlos porque TENEMOS que leerlo", acoté.
El primer libro del tal Vargas Vila que cayó en mis manos fue (afortunadamente, creo) "Aura o las violetas"... una historia de amor... una tragedia... ah, pero ideal para un par de adolescentes soñadoras. Luego vendrían otras lecturas que, ahora entiendo, fueron fundamentales para hacer de mí la persona ecléctica, bipolar, contradictoria, paradójica y sksksk (no encuentro la palabra que quería poner aquí), que soy: Ibis, La ubre de la loba, Flor de fango, Alba roja, Saudades tácitas, Archipiélago sonoro... Y algunos años después: Lirio blanco, Lirio rojo, Lirio negro, La tragedia del Cristo (o María Magadalena), Ante los bárbaros... y un largo etcétera que no recuerdo.
Descubrí que en mi casa también había libros de Vargas Vila y luego, de distintas maneras llegamos a otros más. Aquel primer año de secundaria tuve, pues, mi primer club de lectura. Un club al que pertenecíamos dos personitas nada más. Algunas cosas nos asustaban y otras me hacían mucho sentido (digo "me", porque creo que a Dorita sólo la asustaban). 
Y bueeee, no sé Dorita, pero yo seguí leyendo a Vargas Vila por muchos años. 
Incluso cuando me casé descubrí que mi ex también lo había leído y sentía una profunda admiración por su obra, por sus ideas, por su carácter irreverente e iconoclasta y por su rebeldía. Tuvimos muchas largas horas para hablar de ese autor colombiano tan fecundo, rebelde, odiado por muchos y admirado por otros tantos más.
Yo conservo una colección de libros de Vargas Vila que perteneció a mi ex suegro. La guardo aparte, en un lugar muy especial. No hay problema si  mis hijas quisieran leerlo, pero sé que no lo harán porque no soportarían su estilo tan adornado (recuerdo que siempre pensé que su palabra favorita era "voluptuoso").  Lo guardo más bien como un tesoro.
Si alguna vez alguien quisiera psicoanalizarme, entenderme, explicarme, creo que mucho de lo que soy está entre esas páginas amarillentas por el tiempo.
Y bueee, si esperaban una historia divertida, lo siento, será otro día. Hoy sólo quería rendirle un pequeño homenaje a don José María Vargas Vila.
Apapachos y gracias por venir.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Chicle masticado


Si se preguntan de dónde saqué mi "tacto de elefante", mi boca de calcetín... mi rosario de "metiditas de pata", no hay que buscar muy lejos en mi árbol genealógico. Mi progenitora ha sido una personita con un amplio récord de situaciones embarazosas.
Esta que les cuento fue un intento de broma que no le resultó tan divertida como ella esperaba. Sucede que en sus años de juventud y soltería, al salir de su trabajo mi mamá solía pasar a recoger a una amiga a su oficina y, de ahí, caminar juntas hacia sus casas.
Ambas solían hacerse bromas con frecuencia, incluso un poquito pesadas, pero ambas las tomaban muy bien.
Un día, antes de salir del trabajo, mi señora madre dispuso jugarle una broma a su amiga, así que la llamó y se hizo pasar por otra persona.
- Aló ¿hablo con Fulanita?
- Sí, ¿qué desea? ¿en qué puedo servirle?
- Mire, yo se que está saliendo con Fulanito pero resulta que él es mi novio... así que usted es un chicle* masticado.
La amiga colgó violentamente el teléfono. Mi mamá tomó sus cosas y salió a buscarla muy tranquila.
Cuando llegó a la oficina de la Fulanita había todo un alboroto. 
- ¿Qué está pasando?, preguntó mi mamá al ver que todos los compañeros de trabajo de su amiga tenían rodeado el escritorio, le llevaban agua, le daban aire... y ella semi desmayada en su silla.
- La llamó una tipa y parece que la insultó, le respondieron.
Mi mamá no se imaginaba que había sido por su llamada. ¿Qué le habrán hecho? se preguntaba mientras esperaba a que Fulanita mejorara.
Cuando la amiga se repuso, salieron y, como de costumbre, caminaron juntas hacia sus casas.
De pronto, entre plática y plática mi mamá le dijo algo así como:
- ¿Y qué pensás de tal cosa, chicle masticado?
En ese momento la amiga reaccionó y le reclamó
- ¡Con que tú fuiste, verdad! y bla bla bla... le reclamó muy duro.
Mi mamá se moría de la risa, jamás imaginó que el desmayo y el alboroto hubieran sido por su llamada.
Finalmente, la amiga también terminó riéndose mucho. No tuvo más remedio que aceptar la bromita y reconocer que ella le había jugado peores a mi madre.
Aquella amistad aún ahora se mantiene, ni los años ni la distancia han logrado menguar el cariño y los lazos fraternales.
¡Feliz inicio de semana!
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Chicle= goma de mascar

domingo, 22 de noviembre de 2009

Una cadena de abrazos


Hola a todos. Quiero contarles que mi amiga María José Moreno me ha regalado un hermoso abrazo. Y bueee, yo debería compartirlo con cinco personas, pero ya me conocen... no puedo solo a cinco.
Yo quisiera que se lo lleven a sus blogs, aunque no los mencione por su nombre, y que juntos hagamos una cadena de abrazos.
Sería muy saludable para el mundo si pudiéramos hacerlo personalmente. 
Pero a falta de ese recurso, hagámoslo virtual.
Les deseo un feliz domingo.
Apapachos, mil.
Los dejo con la imagen del abrazo


viernes, 20 de noviembre de 2009

El vestido rosa


Queridos amigos, como saben los viernes contamos acá historias extrañas, insólitas y, a veces de miedo o de aparecidos. La de hoy estará a cargo de mi hermana Vivi, quien vive en EE.UU. Los dejo con esta reciente experiencia que no es de miedo, sino más bien extraña. Triste, pero con un toque como de ángel. Los dejo con ella.
Mi amiga Martha regresó hace unos días del funeral de la novia de su sobrino. Una muchacha muy agradable y querida por toda su familia a quienes les había dejado una buenísima impresión. Todos, todos estaban tristísimos pues con su carácter la difunta se había ganado a medio mundo. Era aficionada a la fotografía y estaban comprometidos a casarse cuando ella cayó con meningitis, tan severa que los últimos meses de su corta vida los pasó en coma en el hospital.
Me pareció extrañoo que nadie vistiera de negro, todos llevaban ropa de color rosa (tu color favorito, Nancy, y también el color favorito de la difunta), a peticion de la madre de la muchacha.
Yo le dije a Martha.... “¿tuvieron que ir a comprar ropa rosada?” Ella venía con un traje de dos piezas muy bonito y me contó que ya lo tenía, lo extraño es la historia del día en que ella compró su lindo vestido.
Martha dice que como la chica era fotógrafa aficionada le gustaban mucho los detalles y, por supuesto, era la fotógrafa oficial de la familia.
A finales del ano pasado el sobrino de Martha y su novia serían padrinos de bautizo de una sobrinita de la novia, ya estaban comprometidos en matrimonio y ella ya era como de la familia. Martha recuerda haber ido de compras con la chica, y escoger el traje de dos piezas que llevaba puesto en el funeral. Le quedó perfecto y ella tenía unos  zapatos que le combinaban re bien. Lo extraño, según Martha me cuenta, es que el día del bautizo ella se volvió loca buscando en su closet el bendito vestido y no lo encontró. Finalmente, tuvo que ponerse un vestido blanco con rositas y un sweater rosa pálido; solo encontró uno de los zapatos rosa, así que se tuvo que ir con zapatos blancos.
El funeral no fue a última hora pues ya sabían que la chica no sobreviviría, lo que fue de última hora fue lo de "NO ROPA NEGRA". La madre quería que todos fueran de rosado, no solo porque era el color favorito de su hija, sino que también quería honrar lo particular que ella fue con los detalles.
Las amigas y familiares que serían las damas en la boda ya tenían los vestidos rosados y ella les pidió que usaran esos vestidos en el funeral. Martha dice que la iglesia (pues hubo misa) estaba llena de rosas en blanco y distintos tonos rosados. La cosa es que Martha iba a ponerse la misma ropa que usó en el bautizo ya que no tendría tiempo de ir de compras o de buscar el traje perdido. Cuando abrió su closet el día del funeral dice que cayó la bolsa como de lavandería en la que empacan los vestidos en las tiendas de departamentos,  con su lindo traje que la difunta y ella habían comprado para el bautizo. Para entonces (por supuesto) ya había encontrado el otro zapato que no pudo encontrar antes.  Su esposo, Oli, le dijo "Fulanita quiere que te pongas ESE TRAJE" para su funeral. Y claro ella así lo hizo,  al final de su historia tanto ella como yo teníamos los ojos llenos de lágrimas, su hijo mayor también lloro pues era muy cercano a la pareja ya que eran de su edad (22-23 años).

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¡Tráganos tierra!



Ay, no sé pero ojalá no les pase tan seguido como a mí esto de estar protagonizando escenas de esas que uno quisiera que se lo tragara la tierra. La más reciente acaba de sucederme apenas el sábado (14 de noviembre) junto con mi hija mayor, la Mau.
Ella me acompañó a buscar un sofá-cama que yo había visto recientemente y que deseaba comprar ya que no tenemos un cuarto de visitas. Lo había visto en una gran mueblería ubicada en un concurrido centro comercial que, por ser quincena, ese día estaba más concurrido que de costumbre.
Vimos el sofá y a ambas nos pareció muy bonito, además de que se ajustaba a nuestro presupuesto. 
Pedimos que nos lo mostraran pero el vendedor no pudo reclinarlo y demostrar todas sus bondades.
Como ya no tenían otros en existencia, el joven que nos atendió nos dejó un momento para llamar y averiguar en otra tienda. 
Cuando nos quedamos solas, decidimos esperar sentadas. Yo no me di cuenta, pero mi hija notó que al recostar la espalda el sofá cedía hacia atrás, así que mientras yo me acomodaba, la Mau volvió a recostarse con cierta fuerza para ver si así el sofá se convertía en cama... y ¡Blám! yo sólo sentí que caía de espaldas y en un instante vi nuestras piernas hacia arriba y sentí el golpe en la espalda cuando el sofá cayó al suelo haciendo un enorme escándalo que alarmó a los empleados y clientes del lugar... y que debe haber divertido mucho a los curiosos que veían tras los cristales... Vale decir que la famosa mueblería parece pecera y todas ¡TODAS! sus paredes son de vidrio.
En el momento, por los nervios o porque siempre estoy consciente del ridículo... pues estallé en carcajadas. y aunque de plano sentí mucha vergüenza, siempre que recuerdo ese bochornoso momento es con mucha mucha risa que lo hago.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Introducir las extremidades III


No sé si en otros países se dice igual, pero aquí "metemos la pata" o tenemos boca de calcetín todos aquellos que decimos o hacemos cosas inoportunas en el lugar y, o, momento más inoportuno.
Así pues que si hubieran olimpiadas para los más hábiles en introducir las extremidades inferiores, mi familia ocuparía el podio completito. Casi podría afirmar que es un gen que se transmite en línea materna directamente a la siguiente generación (para muestra los remito a las entradas I y II de la materia en este blog).
Pues bien, como estamos en este mundo para aprender y para reírnos de nosotros, le pedí a mi hija mayor, "la Mau", que me autorizara publicar esta pieza de colección de la familia.
El semestre pasado, mi hija recibió clases con un escritor y filósofo de mucho renombre en el país. Un intelectual al que yo admiro mucho y con quien tuve algún tipo de acercamiento profesional hace un par de años, cuando ganó un importante premio literario a nivel centroamericano (recuerden que soy periodista). 
Pues bien, mi hija confirmó que su catedrático tenía la calidad profesional y humana de la que yo le había hablado... y demostró que ella tenía ese terrible gen del metepatismo, o tacto de elefante, como también le dicen :os.
Como al catedrático le llamó la atención el segundo apellido de mi hija, pronto se dio cuenta de quién era la madre de su pupila, así que mi nombre solía salir a bailar en las pláticas informales fuera de clase entre maestro y alumna.
Un día, el catedrático le preguntó a la Mau:
-¿Vio su mamá que acabo de publicar un libro?
Y mi hija, muy ufana, para demostrarle que "por supuesto", que sí, que estamos en todo, le respondió:
- Sí, si fíjese que mi mamá me dijo que iba a comprar el libro, pero yo le dije que para qué iba a gastar, que aquí en la universidad lo están regalando...
¡Plop!






viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Alucinación?


Hola a todos... ¿listos para otra historia de viernes?
Esta de hoy, viernes 13 ñaca ñaca, viene desde México y llegó a este blog de una manera muy curiosa. Resulta que en una visita al blog de Diiviina ella mencionó en un post una situación que había vivido y que quería considerar una alucinación. Como soy curiosa y, de paso, siempre ando buscando historias para los viernes, le escribí inmediatamente preguntándole por esa experiencia. Ella  gentilmente accedió a compartirla y esto fue lo que me contó:


Mi alucinación fue hace 9 años, en el velorio de mi muy querida bisabuela paterna, fue en el Panteón Jardines del Recuerdo que se encuentra en Tlalnepantla, Edo de Mex,  un día muy triste para mí. Se había ido la mujer que me daba consejos, me tejía bufandas y vestía a mis muñecas con ropa tejida, con la que jugaba continental y dominó, mi bisabuela murió a los 102 años y aún caminaba y subía y bajaba escaleras, su corazón era mejor que los de muchos de nosotros, el problema fueron sus pulmones.
En fin, el área de velatorios es como un rectángulo dividido en salones con un pasillo muy grande lleno de ventanales del suelo al techo que dan hacia la entrada del panteón, a mi familia nos toco el último salón si lo vemos de la entrada hacia los salones, cuando nos entregaron el cuerpo toda mi familia se fue hacía el panteón en los velatorios, yo pasé todo el día ahí llorando y sin poder separarme del féretro, un primo me llevó a tomarme un café porque yo no me había ni sentado y ya había pasado de la medianoche, fuimos caminando hacía la cafetería que estaba hasta el otro extremo del lugar. 

La cafetería se encuentra distribuida de la siguiente manera del lado izquierdo se encontraba el mobiliario y la caja, en el centro las mesas, de frente y del lado derecho hay ventanales como los del pasillo, al entrar nos dimos cuenta que el lugar estaba vacío, la única persona que estaba era el hombre que atendía, es decir cuando entré en la cafetería solo había 2 hombres y yo en ese lugar.
Me senté en una de las mesas pegadas al ventanal del lado derecho viendo hacia la ventana mientras mi primo iba por el café y algo de comer, puesto que no habíamos comido nada desde la mañana, sentada frente a la ventana seguía llorando y tenía la mirada perdida en los vidrios y los codos en la mesa. De repente sentí que alguien me estaba viendo, alzo la mirada un poco más, usando las ventanas como espejo y veo a una mujer mayor vestida de blanco sentada en las mesas de hasta atrás, pero no era una imagen muy nítida o por lo menos ya no lo recuerdo muy bien, me dio la impresión de que me estaba esperando que la viera. Me quedé petrificada, a mí me da pánico todo lo que tenga que ver con estas cosas pero yo creo que mi instinto me hizo voltear hacia ese extremo del lugar y no había nadie. Me paré en friega toda asustada y me fui hacia donde estaba mi primo y lo abracé. Me dijo que me calmara, que todo estaba bien y aunque dudé en decirle lo que había visto se lo dije y él muy calmado me contestó: a lo mejor es Hortensia (mi bisabuela) que viene a despedirse. Le dije que estaba loco y que ya me quería ir, me convenció a sentarme de nuevo pero ya no podía ver hacia ese lugar y me senté viendo hacia el pasillo de los velatorios.

Llegamos de nuevo al salón donde estaba mi familia y le dije a mi mamá lo que me había pasado y me dijo que me calmara que igual y me lo imaginé (hasta la fecha me sigo convenciendo de eso).
A mi hermana y mi hermano ya se los habían llevado a la casa para que durmieran un poco, al otro día llegó mi hermana diciéndome que soñó con mi bisabuela y mi curiosidad pudo más y le pregunté que cómo la había visto. Me describió a la mujer que yo vi en la cafetería.

Si acaso fue Hortensia la que estaba en la cafetería, ya platiqué con ella y le dije que no lo volviera a hacer porque a la próxima sería yo la siguiente en estar junto a ella. Y si no fue ella, por las dudas, cada que voy a visitarla no hay modo que yo voltee a ver las ventanas de los velatorios de ese panteón, siento que si veo para allá volveré a ver esa imagen y me muero de miedo.

Diiviina