La historia de hoy es una preciosa anécdota que hace muchísimo tiempo me envió mi queridísimo Ángel Elías, pero que yo traspapelé accidentalmente. De tan bonita, parece irreal. Pero mejor dejo que sea Ángel quien se las cuente. Ahí les va su relato:
Antonio es un amigo de la universidad. Hace poco tiempo me contó una historia muy interesante. Resulta que él da clases en una escuela de área rural, a unos niños de una comunidad pobre. De aquellas que al vivir en la capital uno se olvida de que existen. Y, según me cuenta, los chicos llegan todos, el día cuando se sirve refacción o almuerzo. Entonces aquella escuelita reboza de estudiantes dispuestos a saciar su sed de conocimiento y, de paso, saciar su hambre.
Hace poco a sus estudiantes de segundo primaria los invitaron a jugar un campeonato entre escuelas. Fueron cuatro las invitadas y el día del evento sólo llegaron tres. Por lo que uno de los equipos pasó por reglamento a la final de esa cuadrangular.
Hace poco a sus estudiantes de segundo primaria los invitaron a jugar un campeonato entre escuelas. Fueron cuatro las invitadas y el día del evento sólo llegaron tres. Por lo que uno de los equipos pasó por reglamento a la final de esa cuadrangular.
Un día antes, este amigo le informó a sus niños que debían llegar con una pantaloneta negra y una playera blanca para poder jugar. Esto porque no tienen uniformes. Los niños supusieron que para jugar no habrían clases por lo que se pusieron felices.
Al día siguiente se presentaron como el profe les había dicho: de negro y de blanco. Pero con un detalle interesante. Unos llegaron con los zapatos con lo que van a la escuela, otros con botas de hule, otros con calcetines de distintos colores y otros sin calcetines. Un sinfín de detalles distintos entre ellos. Su participación, era en la final.
Al llegar los otros equipos eran del área urbana, todos con uniforme y un colegio con su busito propio. Los del busito, con todo y sus implementos deportivos, su entrenador y su pants con el logotipo del colegio para calentar.
¿Intimidados? para nada, dice Antonio. El primer partido llo ganaron os chicos del colegio y debían jugar contra los de la escuela de mi amigo. Su plan para ganar el campeonato era sencillo. Les dijo que el primer gol definiría todo. Que hicieran todo lo posible por ese gol y que después les daría más instrucciones. Y dicho y hecho. En una fortuita jugada, sus chicos metieron su único gol. Al medio tiempo le giró, como gran técnico y estratega, la fórmula del éxito. Les dijo: Pelota que vean, pelota que saquen del campo.
Y así lo hicieron. Cada pelota que llegaba con ellos la mandaban a saludar a las nubes. Y por ser la única pelota la que se volaba hasta detrás de las paredes y los alambrados, se detenía el juego y se perdían minutos en irla a buscar. Así hasta llegar el final del partido. Los chicos del colegio se regresaron con el segundo lugar en su busito y los niños de mi amigo Antonio, regresaron corriendo por las calles de aquel lugar, con el trofeo de campeones, el primero para ellos y el único para la escuela.
Al día siguiente se presentaron como el profe les había dicho: de negro y de blanco. Pero con un detalle interesante. Unos llegaron con los zapatos con lo que van a la escuela, otros con botas de hule, otros con calcetines de distintos colores y otros sin calcetines. Un sinfín de detalles distintos entre ellos. Su participación, era en la final.
Al llegar los otros equipos eran del área urbana, todos con uniforme y un colegio con su busito propio. Los del busito, con todo y sus implementos deportivos, su entrenador y su pants con el logotipo del colegio para calentar.
¿Intimidados? para nada, dice Antonio. El primer partido llo ganaron os chicos del colegio y debían jugar contra los de la escuela de mi amigo. Su plan para ganar el campeonato era sencillo. Les dijo que el primer gol definiría todo. Que hicieran todo lo posible por ese gol y que después les daría más instrucciones. Y dicho y hecho. En una fortuita jugada, sus chicos metieron su único gol. Al medio tiempo le giró, como gran técnico y estratega, la fórmula del éxito. Les dijo: Pelota que vean, pelota que saquen del campo.
Y así lo hicieron. Cada pelota que llegaba con ellos la mandaban a saludar a las nubes. Y por ser la única pelota la que se volaba hasta detrás de las paredes y los alambrados, se detenía el juego y se perdían minutos en irla a buscar. Así hasta llegar el final del partido. Los chicos del colegio se regresaron con el segundo lugar en su busito y los niños de mi amigo Antonio, regresaron corriendo por las calles de aquel lugar, con el trofeo de campeones, el primero para ellos y el único para la escuela.
17 comentarios:
Que lindos quedaron los chicos, tan contentos con su trofeo!! Y el entrenador, satisfecho, todo un estratega jaja
Besos!!!
Que linda historia, me recuerda uno de mis tantos viajes a camotan, cuando uno menciona estos lugares espera ver todo mal, pero resulta que no, pero nos olvidamos de las poblaciones en las montañas alli donde hay que caminar horas para llegar a otro lugar, un dia trabajando ya cansado de tanto estar viendo camiones y camiones, me fui a sentar a la orilla de un mini barranco, y vi a varios niños jugando pelota, me dije a mi mismo, a pesar de que a ellos les va mal, son mas felices que uno, hay no ya me puse mas triste jajajaja
Que buena historia y que final mas lindo. Me inmagino que el amigo estara re orgulloso. Y seguro esos angelitos ahora juegan fut con mas ganas. Me trajo buenos recuerdos de cuando formamos un equipo con los chiricitos de la cuadra, esos juegos se gozaban y el marcador final no hacia mucha deferencia ,recuerdo que los ninos ponian toda su fe en las instrucciones que mi novio les daba para estrategia y ademas gozabamos entrenando durante la semana.
Qué linda historia! Y además una lección de vida. Ellos podrían haberse desanimado al ver el despliegue de ropa de los otros. Sin embargo se atrevieron a jugar de igual a igual.
Yo no sé cómo será allá pero en Argentina muchísimos grandes jugadores de fútbol salen justamente de zonas muy carenciadas (por ejemplo, Maradona). Justamente son chicos que juegan en "potreros" sin césped prácticamente y muchos son de las "villas" (=barrios muy pobres y precarios, como las "favelas" de Brasil).
Que buena historia. Aqui también hay montones de chicos que van a la escuela por la comida mas que por el conocimiento. Quien puede aprender con la panza vacía?
Como dice Lady Marian, es muy común que las grandes estrellas salgan de barrios pobres donde no tienen nada, solo las ganas de jugar. Es el caso de Maradona, y mirá donde llegó.
un beso Nancy =D
Sí, Any! Y yo me pregunto si justamente no es las ganas de salir de la pobreza lo que los mueve a jugar bien. Para muchos el fútbol es su única manera de "salvarse" mágicamente, sobre todo en un país donde la gente pobre no ve perspectivas de progreso.
Besos
Esa historia trajo a mi memoria los campos de fútbol que se fabrican allá en los altos Cuchumatanes, donde si la pelota se va fuera del campo, hay que correr montaña abajo para alcanzarla.
Un abrazo,
una historia super tierna... me encanta cuando los personajes son niños!.
de verdad que lo esencial en un juego debe ser la diversion y pasartela bien, la competencia es sana pero lo principal creo que es divertite.
jajaja el comentario de Seth es muy bueno, me dio risa.
besitos nena!
que tal!
he regresado..
lo puedes checar..
saludes!
pasaba a saludarte.
un abrazo..
Hola Hola Nancy,
La historia que cuenta Ángel Elçias es genial. Es toda una lección. Ahora entiendo los detallitos en el dibujo de los zapatitos.
Ojalá aquello les sirviera en su vida futura para no tener miedo y enfrentarse ante lo adverso con ganas.
Enhorabuena a ambos por esta maravilla de entrada.
Abrazotes enormes e intensos!!!
Me pasó varias veces cuando iba la escuela, jugaba futbol con mis zapatos de diario, me gustaba mucho jugar fut, pero como no era muy bueno y encima no tenía implementos, muchas veces tuve que estar en la banca.
También sucedió una vez, cuando ya era mayor, hicimos un equipo, al que patrocinó la empresa en la que trabajaba, con uniforme nuevo y zapatos y todo, bien planchaditos, pero siempre nos goleaban, sólo uniforme éramos.
Saludos
Me mató esta cabecera! Que lindo te quedó, sos una genia!
besos
Tierna malicia amiga Nancy..
Besos.
Hola Hola Nancy,
Me encanta la nueva cabecera de este blog. Es fantástica. Estás guapísima en los dibujitos.
De verdad, son maravillosos.
Por favor, haz una copia de seguridad del blog, (de su contenido), por si un día pasara algo.
Tu trabajo me tiene fascinada.
Mil abrazotes enooormes!!
Besotes!!
Chilera la historia, y siempre las "mañas" verdad, con tal de ganar, se vale de todo
La cabecera, cada vez mejor (cómo lo logras?jajaj) y el dibujo del cuadrito, una ternura como la anécdota. La estrategia, para seguir y a vos, un encanto de persona, mis mejores deseos de que tengas un excelente día!!!!!
hay me dio sentimiento eso del uniforme y que los otros bien arreglados, pero que bien que ganaron eso pasa cuando lo haces con el corazón y con entusiasmo.
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