viernes, 19 de diciembre de 2008

De por qué bendije mi casa


Lo prometido es deuda y hoy voy a contarles la historia que me obligó a bendecir mi casa, pese a que, como he dicho, no soy creyente, ni practico ninguna religión, ni tengo santos ni cosa que se le parezca en mi casa.
Ya he contado que en mi colonia pasan fenómenos con la electricidad. También saben que en casa hemos visto, olido y escuchado cosas. Todas podrían tener una explicación científica, el problema es que no he contado con las herramientas para controlar mejor las situaciones.
Así las cosas, en un principio, yo no comentaba mucho estas situaciones con nadie. Quizá una que otra vez con mi ex. Era sólo el susto del momento, y nada más.
Mis niñas a veces iban a jugar donde su papá (que vivía al lado) y a veces estaban en la casa. Era un ir y venir entre dos casas.
Una noche, mi chiquita estaba en mi dormitorio y yo lavaba ropa en el patio de atrás. Mi hija mayor estaba con su papá. Serían quizás las 7 de la noche cuando mi niña pequeña llegó corriendo y llorando hasta donde yo estaba. ¿Qué te pasó? pregunté, y me dijo entre lágrimas “mamita, ¡yo no quiero tener imaginación!, ¡yo no quiero tener imaginación!”. Ella no tenía ni seis años, creo, por lo que su susto era genuino. Entre sollozos me contó lo que le pasó:
En mi cuarto, que daba al jardín delantero, ella estaba viendo tele cuando escuchó un “psssst pssssst”, ella volteó hacia la ventana que da a dicho jardín pues pensó que era su hermanita quien le hablaba desde el jardín. Como no vio nada en la ventana, siguió viendo tele. Entonces escuchó una voz que le dijo, “aquí estoy”. La voz, obviamente, no era la de la hermana, por lo que la niña hizo un gesto reflejo con el brazo como para apartarse. Entonces escuchó “Auch, eso dolió”. Con terror la pobrecita todavía apagó la luz del cuarto antes de salir corriendo y la voz volvió a decirle “eso a mí no me afecta”…
Cuando llegó conmigo el corazoncito le latía fuertemente, lloraba asustada. Cuando le pregunté cómo era la voz trató de hacer una imitación y respondió “como la de un viejo”.
Si me lo hubiera contado cualquier persona, obviamente yo no le habría creído. Pero tenía frente a mí a mi pequeñita, muerta de susto, llorando y contando una historia que no podía haberse inventado.
A partir de esa noche, no podía dormir, lloraba mucho. Ella entonces empezó a dormir conmigo y para que conciliara el sueño le coloqué bajo la almohada un rosario de un recuerdito de primera comunión. Entiendo que los niños necesitan algo a qué aferrarse y de esta manera conseguí que durmiera. Pero yo no pude y pasé muchas noches en vela esperando no sé qué, quería que aquella voz que había aterrado a mi niñita se enfrentara a mí, quería saber de qué se trataba todo aquello.
No conseguí nada más que acentuarme las ojeras y tener que trabajar desvelada. Mi niña siguió con mucho miedo muchos días. Por supuesto que conté la historia a mis papás y a un amigo que sí es muy creyente y que me dijo que le pusiera a la niña un escapulario verde a la hora de dormir. Mi papá le regaló el suyo. Pero mi niña le tenía miedo incluso al rostro de la virgen del escapulario. Fue una verdadera pesadilla que duró mucho tiempo.
La bendición de la casa
Finalmente, cansada de esperar algo, la voz, una figura, lo que fuera; agotada porque no encontraba respuestas o explicaciones, acepté el consejo que desde un principio me dio todo el mundo y tuve (a pesar de mi orgullo) que llamar un sacerdote para que bendijera mi casa.
Luego de la bendición, creí que las cosas cambiarían. En realidad me planteé bastante seriamente si había llegado la hora de creer en algo más. Yo había sido muy honesta con el sacerdote y le había dicho de mi falta de religión. A él no le importó y fue muy amable de su parte el seguir adelante con el ritual.
Incluso una amiga mía llegó a la casa para ver con sus propios ojos que un sacerdote bendijera MI casa… Era simplemente increíble que yo accediera a ello.
Todo apuntaba a que no volveríamos a tener experiencias paranormales. Sin embargo, no fue así.

11 comentarios:

Nancy dijo...

Una vez alguien me dijo que no entendía a las personas que no creían en dios ni en nada y que cuando estaban en peligro la cosa cambiaba y pedían milagros. Yo sólo sé decir que cuando uno no encuentra la explicación lógica, científica o coherente a lo que le sucede hace cualquier cosa, principalmente si de por medio está un hijo. No sé si leyeron Paula, de Isabel Allende, ella que era atea, al ver que su hija moría recurrió a brujos y hasta espiritistas, creo. Uno de madre es así, sería capaz de ir al mismo infierno con tal de explicarse qué es lo que amenaza a un hijo. Sigo sin creer... pero, como dijo Roberto, ahora ni creo ni dejo de creer.

la-filistea dijo...

Nosotros tenemos unos amigos alemanes, hace poco fuimos a su casa y los vimos realmente preocupados.De pronto la nena andaba jugando en el cuarto de la hija y me dijeron que no me sintiera mal pero que mejor llevara a la nena a la sala, no porque fuera a hacer travesuras, sino que nos iban a explicar por qué.

Luego nos empezaron a contar ciertas cosas que oían, y veían. Mi amiga se veía realmente afectada, no te puedo explicar bien Nancy pero incluso en ese momento creo haberlos visto mejor al contarlo pues nosotros solo escuchábamos.

Incluso ella ha estado enferma y ha recurrido a varias cosas para detener esto. Y entiendo que muchas veces es tal la duda de si algo funcionará porque a ellos les han ido adecir cualquier estupidez.
Que incluso es porque sus antepasados participaron en las matanzas en los campos de concentración y que se yo.

Ojalá Nancy, y encuentren algo para poder estar más tranquilos, a menos que te hayas acostumbrado a eso. Cosas inexplicables de verdad.

el VERDE !!! dijo...

ya no recuerdo si lo leí, me lo contaron o qué, pero tengo presente la historia de una madre que visita no sé cuantas deidades con tal de abogar por su hijo.

Cuando llega con el tatascán divino, éste le regresa la vida a su hijo pero le pregunta a la mujer:

Y tú, siendo mortal, ¿cómo llegaste hasta aca? (pero ni Indiana Jones). Y la mujer responde "soy una madre".

Son esas palabras finales las que tengo grabadas.

Y Nancy, creer o no en una religión no tiene nada q ver con lo q sucede en tu hogar.

Un abrazote. Mis mejores vibras.

Miss Penny Lane dijo...

uy... me dieron escalofríos vos....

lo importante de hacer una bendición es que te lo creas tú! sino, no tiene poder...

yo sé de rituales de destierro para espiritus con mala vibra... y pueden participar niños y niñas que es lo mejor! Es brujería legendaria... nada de cosas raras y estrafalarias inventadas por la locura colectiva de las religuiones...

el Kontra dijo...

Nancy no se que decir, da miedo y estoy de acuerdo que por los hijos uno hace cualquier cosa (no soy padre pero seguro que así es). Siento que no hay que demostrar miedo y si oís voces o ves cosas encararlas y gritarles exigiéndo que te dejen en paz, hay que tenerse mucha fe en si mismo.

Es lo que yo haría al menos, espero que estes bien. Mucho amor y mucha fuerza!!!

Cristian Mejia dijo...

En serio que hay cosas que no tienen explicación, es alli cuando llega la gracia "divina"a hechar una ayudita( por lo menos en lo moral). Pregunta metiche: Cuanto tiempo te lleva hacer tus dibujos- me encanta y les pongo mucha atención, curioso el Cristian- Te cuidas mucho y que tengas una muy bonita Navidad y un gran 2009 Saludos.

Abril dijo...

Nancy querida:

Yo a causa del colegio (cristiano/evangelico) aprendi muchas cosas.. he pensando mucho en lo que has escrito, te confieso que me da miedo. Te contaré que hace un tiempo durmiendo miraba como mi cuerpo salia y empezaba a caminar. Tambien miraba como me estaban ahorcando. Creeme fueron situaciones muy incomodas para alguien que trata de llevar la vida sin complicaciones.

Por eso, decidi orar, pedirle a Dios que me cuidara. Especialmente cuando dormia. Ha funcionado. Yo conozco a un Dios bueno Nancy, y estoy segura que las cosas en tu casa van a cambiar. Vas a ver!!!

Un abrazo grande amiga.

Nancy dijo...

Hola Filis, la verdad, como digo, uno nunca sabe. La situación que me hizo bendecir la casa es historia, aunque a veces mis hijas escuchan voces que no entienden. Ya no les hacemos caso. Lo que les he contado los últimos tres viernes son cosas que pasan esporádicamente pero ahora difícilmente nos quiten el sueño. En realidad, el 80 por ciento del tiempo todo funciona normalmente.
Ojalá que tus amigos puedan contar todo lo que les pasa ahora, como una anécdota pasada pues realmente es incómodo vivir cosas que uno no entiende.
Verde, no es creer o no en una religión sino en dios y en espíritus y en muchas cosas a la vez. Me alegra que hayas recordado esa historia, las madres somos capaces de cualquier cosa por los hijos.
Miss Penny, tienes razón, mi temor al bendecir la casa era que no me lo creyera, pero no cabe duda de que algo en el fondo le queda a uno, aunque sea la esperanza de creer en algo.
Kontra, gracias. Yo la verdad ya no le pongo mucho coco. Como decía Enrique la otra vez, hay que evitar sugestiionarse. Ahora ya casi no ocurren cosas raras, pero siento que el amor que se respira en mi casa es más poderoso que cualquier cosa y somos invencibles. Mis hijas lo saben y por eso amamos nuestra casita.
Cristian: las cosas que no tienen explicación te dejan picado... al menos a mí, pero no puedo hacer más de lo que he hecho porque también es desgastante. Así que para mientras ahí se queda. Sobre los dibujitos, te diré que depende del dibujito. Este lo hice a la carrera pues el verdadero lo dejé en otra máquina. Aún así me tardé como media hora. Hay dibujitos que por falta de tiempo los he hecho en varios días, pues por estar ocupada no logro avanzar. Cuando termine mi otro blog, les contaré mis secretos para hacer dibujitos en paint.
Te mando un abrazo y también te deseo felices fiestas.
Abril, amiga, esa experiencia es muy bonita, a mi me pasaba cuando era niña, pero un día me dio miedo y no me volvió a suceder.
No sé si es cosa de dios, pero la verdad les digo, ya ha pasado. Ahora nos quedan mil anécdotas que dejé en el tintero para no aburrirlos y de vez en cuando uno que otro susto, pero nada más.
apapachos.

Vash dijo...

Mi querida Nancy, la verdad no se que decirte, puede que lo que pasa en tu casa tenga una explicación lógica o puede que no, yo creo en Dios, en el amor, en lo bueno... pero como dicen.. toda moneda tiene dos caras. Yo te aprecio mucho aunque no tengo el gusto de conocerte en persona, y me gustaría pedirte que creyeras, se que es difícil creer en cosas en las que uno por mucho tiempo no ha creído, pero yo puedo dar testimonio de que cuando le pides algo a Dios, Él te lo da.. solo tienes que tener fe, y la fe, es la manera de tener lo que esperamos, el medio para conocer lo que no vemos. No te preocupes que ya no te molestarán más, ya lo verás.
Quiero desearte una navidad llena de amor, comprensión, unión y paz, mucha paz para ti y quienes amas.
Un abrazo

Nancy dijo...

Hola Vash, gracias por tu aprecio, es recíproco. En realidad, no creer en dios no me hace una mala mujer, ni que me ocurran cosas malas. Conozco gente súper devota a la que le ha ido como en feria. Simplemente no puedo entender o imaginar una voluntad suprema. Pero creo en el bien y en el mal y sé que todos tenemos nuestra dosis de cada uno. Así que en lo que hay que trabajar es en desarrollar lo bueno. Pero en fin, gracias por tus palabras, las aprecio y las valoro. Te dejo un abrazo y mis deseos por unas felices fiestas.

Luis FIGUEROA dijo...

Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuy!!!