miércoles, 31 de diciembre de 2008

Ver el mundo con otros ojos


El 25 de diciembre varios amigos que leen mi blog aunque no lo comentan, me sugirieron que contara esta historia en este espacio. Me la estaba guardando para una ocasión especial y creo que el paso de un año a otro es algo muy significativo, tanto como para contarles hoy una historia que marcó profundamente mi existencia. Ahí les va...

En esta vida me ha tocado empezar de cero más de una vez. Una de las historias más dramáticas e increíbles por las que he pasado y he tenido que volver a empezar es la del día que descubrí con mis propios ojos lo hermoso que es el mundo.
Aunque quizás no me lo crean, yo viví en el borroso panorama de la miopía avanzada durante 22 años. Así como lo leen.
Nadie nunca se dio cuenta de que yo era miope y así me acostumbré a vivir, si no rodeada de tinieblas, rodeada de “paisajes” al estilo de los cuadros de Monet. Un mundo en el que a la distancia los objetos no tenían formas definidas ni colores claros. Todo se mezclaba en una amalgama amorfa y descolorida ante mis ojos.
Como soy de baja estatura, siempre me tocó sentarme hasta adelante y el problema visual me orilló a la lectura y a dejar de lado el deporte y las actividades al aire libre. De hecho nunca aprendí a ver rótulos, carteles o carteleras. De ahí mi falta de costumbre de ir al cine.
No sé si fue porque éramos muchas hijas (cinco), lo cierto es que nadie se dio cuenta de que yo no veía bien. El tiempo fue pasando y me adapté a mi mundo borroso que era mi normalidad.
No necesitaba ver de lejos. Mi papá nos llevaba y traía a la escuela y años después, al instituto y yo no salía mucho de la casa. Jugaba muñecas y cosas que no requieren de vista a la distancia.
Cuando yo tenía 15 años hubo una jornada médica del Hospital Rodolfo Robles (para ojos) en el instituto donde estudiaba. Al terminar de hacerme el examen, un médico me dio un papelito. Me dijo que yo no veía bien y que le dijera a mis padres que me llevaran para hacerme más exámenes y ponerme lentes.
Recuerdo tan claramente cómo me sentí indignada y, a la vuelta, hice un nudo el papel y lo tiré a la basura. ¿Ciega yo? ¡Bah!
Jamás sentí, pensé o imaginé que no veía bien. Me gradué como maestra y luego entré a la universidad… ese mismo año conseguí mi primer trabajo.
Como tenía que tomar camioneta (bus, burra, o como le quieran decir), llegaba a la parada y le hacía el alto a todas las que pasaban allí. Al tenerlas enfrente me daba cuenta si iban para mi casa o no. Algunos choferes se molestaban, pero nunca entendí por qué. Era una completa versión femenina de Míster Magoo.
Se preguntarán cuándo fue que me di cuenta de que no veía. Resulta que cuando estaba en el tercer año de mi carrera (periodismo) entré al diario oficial a hacer prácticas, pero el director me consiguió una plaza y me quedé trabajando como reportera. Mi fuente obviamente era el Palacio Nacional, donde funcionaban todos los despachos ministeriales.
Me di cuenta de que alguien decía: “¡Allá va el ministro X!”, y todos salíamos corriendo tras el personaje. “Allá va el funcionario Y”… etc.
No entendía cómo lograban saberlo. En aquella época, los años ochenta, no había celulares, ni nada que se le parezca. Era un enigma para mí cómo lo adivinaban.
Una noche, cuando íbamos con mi papá en el carro a dejar a unos compadres y ahijados de mis papás, íbamos con la novedad de que al hijo mayor de ellos le acababan de cambiar los “espejuelos o gafas” por lentes de contacto.
El chico, unos años menor que yo, iba súper feliz y sus hermanos y mis hermanas empezaron a pasar de mano en mano los recién defenestrados anteojos.
Cada uno se iba probando los lentes y exclamaba cosas como “Uyyy, qué feo se ve” o “¿Cómo podés ver con esto?”
Finalmente me tocó el turno. Recuerdo perfectamente que íbamos por la Avenida Bolívar, eran como las siete de la noche. Me coloqué las gafas y, en lugar de exclamar lo mismo que mis antecesores, me quedé sin aliento... me quedé sin palabras. Descubrí lo más hermoso que jamás hubiera imaginado. Tenía ante mí un mundo lleno de formas y colores, entendí el concepto de profundidad y se revelaron en una milésima de segundo cientos o miles de interrogantes que tenía desde hacía muchos años atrás.
Veintidós años, ¡toda mi vida! había pasado entre tinieblas.
El mundo era hermoso, era tan hermoso. Los colores eran brillantes. ¡La gente tenía rostro que podía verse desde lejos! Los buses, esas chatarras ambulantes que han circulado siempre por las calles guatemaltecas ¡tenían contorno! ¡tenían formas definidas! Y tenían hermosos y brillantes colores.
Aquella noche me cambió la vida y, al día siguiente, fui a que me pusieran lentes… eso sí, de contacto. El mundo no volvería a ser el mismo para mí.

16 comentarios:

Alfredo Vicente dijo...

Vaya! la verdad es que no me esperaba este tipo de anécdota... Me impacto mucho, sinceramente.

Nunca me hubiera imaginado que ese rollo de la miopía fuera tan obstaculizante... no creía que era así, pero por la manera en que lo describió, sin duda es bien "grueso", como dirían por ahí... Y al mismo tiempo, leer esto me hizo apreciarme mejor, pues nunca he necesitado lentes, y hace poco que fui al oculista para renovar mi licencia, me dijeron que tenía una vista muy buena. Hay que valorar lo que uno tiene y con ejemplos de lo que suceden a otros, esto motiva a aprovechar mejor lo que Dios le dio a uno.

Así que ud, Nancy, sí es de las pesronas que realmente pueden decir "Y luego me abrieron los ojos al mundo"...

FELIZ AÑO 2009

Antón Abad dijo...

Maravilloso renacer querida, me ha encantado su historia; es una de esas sucesiones de omisiones, malos entendidos y presunciones, que terminan pariendo un milagro o una bonta historia.Es verdad que el mundo y la vida, son hermosos a veces, y dignos de ser vistos en todo su esplendor; no le niego que, asimismo, me gustaría ser como Mr. Magoo a veces. Muchos besos y que el nuevo ciclo le depare nuevos milagros.

Prado dijo...

cuando uno se detiene a ver las cosas, a mirarlas de verdad, uno puede entender el maravilloso sistema de la belleza. para eso hace falta más corazón que gafas.
Feliz Año.

Patricia Cortez dijo...

debe ser maravilloso, poder ver la vida con otros ojos, y darse cuenta de cosas que uno no veía antes.
tal vez es una forma de volver a comenzar una vida nueva.
feliz año.
gracias por todo Nancy

Zarek dijo...

Amiguita, qué excelente regalo te dió la vida - esperar 22 años por ese descubrimiento lo hizo muy especial. Lo triste hubiera sido que nunca te dieras cuenta!

Feliz año!

la-filistea dijo...

¡Sopas!
Qué tremenda lección me has dado al leerte y también me acordé de algo que pasé que me hizo ver la vida con otros ojos...

Sos única para narrar!

Alexxx dijo...

a la gran!!!, como aguantaste tanto tiempo, bueno como dices te acostumbraste a eso. Y esque a veces uno tambien no se acostumbra a usar lentes, pues yo tenia vista 20/20, pero estos ultimos años como que si ya he necesitado usar mis lentes, antes los medio usaba cuando los necesitaba, ahora cuando voy a la u, siempre me los pongo en clase.
Pero si es muy curiosa tu historia.

Aaron Lechuga dijo...

me acabas de hacer recordar muchas cosas, uno se acostumbra como dice alguien por tu blog y como dices tu, a ver todo borroso, uno cree que asi son las cosas, pero creeme que cuando uno prueba el cielo siempre quiere mas, que buen regalo te dio la vida, feliz año nuevo y oye muchas gracias por tu amistad y confianza

Abril dijo...

Que hermosa historia Nancy! A mi me paso lo mismo. Pero alguien me dijo que tenia que ejercitar mis ojos, que no usara tanto los lentes (no me creas esto) Pero me ha funcionado eso si... por las tardes noches ya tengo que ponerme los anteojos.... no queda de otra.

Pero lo importante... es ver con los ojos del corazon!!

Un abrazo amiga.

cristal00k dijo...

Una historia sencilla, pero en la que nos ha tenido sin aliento hasta el final. Tiene grandes dotes como narradora Nancy.
Ver el mundo con otros ojos, cuando ni lo piensas, es un regalo inesperado que nos hace la vida, a veces...
En otro orden de cosas, llegué aquí saltando. Creo que a través del Santón Abad. Anduve revolviendo en sus escritos, y aunque es la primera vez que me paso, sospecho que no será la última.
Saludos y hasta la próxima.

el VERDE !!! dijo...

yo también renegué de usar gafas... miraba más o menos, pero mi visión empeoró cuando, por una cólera, tuve un derrame en uno de mis ojos. Después de pasar una semana con el ojo rojo me animé a ir con el "ojólogo" y desde entonces uso lentes.

Tampoco veía las cosas definidas, especialmente las lejanas. Y creo q ya es tiempo de considerar un cambio de faroles, o ponerme de contacto.

Isold dijo...

Tu historia sencilla me engancho de principio a fin.
Veo tus dibujitos.
Yo tambien llevo gafitas.
Saludos

Nancy dijo...

Chente, cuida tus ojos, me parece increíble que haya personas que siempre hayan visto bien...
Antón Abad, que hermosas palabras. Realmente es un regalote de la vida, muchos milagros para ti también.
Julio, gracias... siento que me sobra corazón, pero buena falta me hacían las gafas, jajaja
Gracias por todo, Patricia. realmente es maravilloso, pero duele un poquito pensar en todo lo que no pude ver.
Y bueno, Zarek, ¿que te digo, tienes el teclado lleno de razón.
Filis, mil gracias, viniendo de ti es un gran halago. Ya me dejaste con la duda sobre tu experiencia.
Alexxx, cuida tus ojitos, tienes muchísima suerte.
Seth, hola, tú lo dijiste mejor que nadie. Para mí fue como probar el cielo. Que hermosa expresión.
Abril, amiga linda, yo sé que debo ejercitar mis ojitos, pero cuesta tanto... eso sí, los del corazón están siempre abiertos.
Cristal00k, bienvenida, que lindas palabras... y que suerte tuve de que me encontraras perdida entre las batallas de Antón.
Verde, un consejo: averigua si puedes operarte con láser antes de usar lentes de contacto. Yo he usado los lentes de contacto por más de 20 años y esto me produjo una deformidad en la cornea, por lo que no se sabe si me podrán operar algún día. Ten cuidado.
Isold, gracias, no entendí a qué te referías a que ves mis dibujitos, qué honor tenerte en mi blog, gracias.

Nancy dijo...

Isold, gracias, ya entendí... jajaja, es que me cuesta un poco...Mil gracias

Vash dijo...

Quien lo diría, lo bueno es que tu problema tuvo solución y ahora ves con claridad. Imagínate que hay mucha gente que tiene otro tipo de ceguera.. y lo malo es que se pasan la vida sin ver y no precisamente porque su sentido de la vista no funcione. Me alegro que ahora tengas la oportunidad de ver lo maravilloso que es el mundo.

Angel Elías dijo...

Simplemte hermoso, debo felicitarte, es una de las historias más logradas de todo tu blog. la narracion la intension y el final.

Oh sorpresa, eres una cajita de sorpresas