En toda familia siempre hay un hijo o hija que se destaca por ser el más travieso de todos. Como decimos en buen chapín: siempre hay “firmitas”, ¿no?, pura “canela fina”. Filis nos contó ya una de las tantas travesuras de su hermana, y Patricia también nos comentó cómo su hermana era un verdadero terremotito… aunque muy muy valiente.
Y bueee, si bien yo fui una santa (jajaja) tengo una hermana que era toda una diablilla. De ella hay tantas travesuras que podrían contarse… pero para hoy escogí ésta, que es mi favorita.
Resulta que mi familia solía viajar con frecuencia a Quetzaltenango (en el occidente del país) porque mi papá es de allá. Si bien yo era una enamorada de ese paisaje otrora de trigales que sacudían sus blondas cabelleras formando un dorado mar de espigas… también me mortificaba pensar en ese viaje de cerca de 200 km pues no había poder que impidiera que yo tuviera que detener la marcha para salir a vomitar.
Aquél viaje no fue la excepción. Debo haber tenido 10 u 11 años y mi hermana Bele, unos 8 o 9.
Desde temprano colocamos las maletas en su lugar y nos acomodamos mis padres y sus cinco hijas en la camionetilla familiar. Mi mamá siempre me daba una bolsa plástica para tener a mano por aquello de que a mi papá no le fuera a dar tiempo de parar. También me ponía una hoja de periódico doblada entre mi estómago y la ropa, decía que eso servía para evitar lo inevitable. A veces se acordaba de darme Nauseol, pero aquel día no fue así.
Pues bien, enfilamos por el sinuoso camino que nos llevaría al altiplano guatemalteco cantando canciones como la Chiva chivita y la Despelona.
Durante el recorrido, vi que mi hermana Bele estaba muy pendiente de mi:
- ¿Ya tenés náusea? ¿Ya querés que pare mi papá? Mirá, cuando tengás ganas de vomitar me avisás.
Al sentirme lo suficientemente mareada, muy obediente, le indiqué a mi hermana que me sentía mal. Pensé que ella le avisaría a mi papá, pero en lugar de eso me dijo:
- Aguantate un poquito, aguantate un poquito más.
Esperó un momento, observaba la carretera, y luego, cerca de una plantación de milpa, le dijo a mi papá
-¡Papi, pare! La Nancy ya va a vomitar.
Mi papá se hizo a un lado de la carretera, justo junto a la milpa. Yo bajé a lo que iba y mis hermanas aprovecharon para descargar la vejiga o estirar las piernas. Luego subimos todos a la camionetilla, pero, para variar, faltaba la Bele.
Mi papá tocó la bocina, mientras todas la llamamos a coro.
De pronto, salió de entre la milpa con los brazos llenos de mazorcas. Venía corriendo como si el diablo la persiguiera. Algunos metros detrás, venía un campesino, machete en mano, persiguiéndola y, seguramente, insultándola en un idioma que no entendíamos. Pero el gesto era absolutamente traducible.
Mi hermana se metió al carro y le pidió a mi papá que arrancara. Él no se dio cuenta en ese momento de la travesura de su hija, sino hasta que todas nos empezamos a reír al ver los elotes que, al final, ni pudimos comer porque estaban muy verdes.
jueves, 2 de abril de 2009
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14 comentarios:
Hola, Nancy.
De pequeño también vomitaba cada que me montaba en un bus...
Un saludo,
http://cuentominicuento.blogspot.com/
Uh que feo eso de descomponerse en los viajes, por suerte nunca tuve ese problema.
Toda una estratega tu hermanita ahjajajaja, me hizo mucha gracia imaginarla corriendo con el campesino persiguiéndola! Que tremenda. Los chicos no miden el peligro viste, que hubiera pasado si el tipo la alcanzaba?
Apapachos Nancy!
jajaja me encanta, es que de chiquito no medis el peligro ni que puede pasar
pero puee que astuta tu hermana de estrategicamente parar donde ella quería
jajajajajaja que risa en serio, si que hizo reir a carcajadas esa historia, pobre el campecino.
Saludos Nancy y tambien a tu hermana.
jajajjaa, me has dibujado una sonrisota en mi cara, eso esta de pelicula, pasa en la vida pasa en tnt, jajajajajaj uy no que buena tu hermana, y yo tambien me mareo en los viajes, aun lo hago, pero no me recuerdo si alguna vez vomite, pero la cosa es que ahora cuando me mareo bajo los vidrios o algo parecido o me duermo jajaja
ja ja hoy sí me hiciste reír amiguita!
Jajaja... pero es que ya es mucha la coincidencia con lo de las "hermanas".
Pero eso de los viajes si nel, es lo peor!
Saludos maestrísima.
Hola Nancy,
Uis....¡¡Me dio pena que te sintieras mal en los viajes!!...A mí también me pasaba...hasta me daban un poco de azúcar.
Tu hermanita era una niña muyyy traviesa. Me he partido de risa al imaginármela con el campesino detrás de ella. Uis, ¿¿no tuvo miedo???.
Además de traviesa era muyyyy valiente. ;) Lástima que las mazorcas no estuvieran maduras ;P
Abrazotes enormes, de corazón.
(así como cientos de miles)
Buen fin de semana!
Jajajajaja Nancy, tu hermana si era un caso! Un abrazo!! =)
me recordó una anécdota de mi abuelo, el chico abraza a la chica, la chica dice " que bonita luna", el chico responde "si, como para robar elores"
plop
No pues si se pasearon en la milpa vos Nancy jajaja. Almenos abonaron el cultivo... en mi familia gracias a Dios ninguna es de las que se marea y eso, ahora paradas "técnicas" y sucesos relacionadas hay bastantitos jajaj.
Gracias por compartir Nancy, abrazos.
Que alegren eran los viajes cuando se podia bajar en la carretera sin miedos! A nosotros una vez lo que yo recuerdo como un gigantesco toro negro bravo.
Siempre es un gusto volverte a leer. Resucité momentaneamente para saludr y desear felicidad.
Buenos textos los tuyos. Es un placer leerte.
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