martes, 17 de marzo de 2009

La persona correcta, en el momento y lugar correctos

La vida y yo a veces no nos entendemos. Tenemos cada desencuentro... Generalmente tengo la impresión de que llegué tarde a determinado (lugar, trabajo, momento del día, persona, etc.). Otras veces, las menos, siento que me adelanté (de época, lugar, momento, persona, etc). Sin embargo, aunque no dudo que haya otras experiencias parecidas en mi vida, creo que hay una vivencia en la que indiscutiblemente fui la persona correcta, en el lugar correcto y el momento correcto.
Hace algunos años yo trabajaba como editora de la página web de Prensa Libre. Era un puesto muy lindo de trabajo ya que se tenía mucha retroalimentación muy directa con el público. Esto permitía infinitas posibilidades de apoyo, principalmente a los migrantes... ya les contaré algunas bellas experiencias.
Un día, recibí uno de los muchos correos electrónicos que envía el público de fuera. En él, una mujer que vivía desde hacía muchos años en Estados Unidos me preguntaba cómo podía hacer para contactar con una señora de su pueblo a quien dejó de ver hacía sopotocientos años. Traducida al buen chapín, aquella ingenua mujer me preguntaba algo así como ¿Cómo encontrar una aguja en el pajar?
Yo sonreí y pensé cómo podía explicarle a esta señora que las computadoras, el internet, las redes sociales, en fin, todo el desarrollo de la tecnología tardarían bastantitos años en llegar a aquel rincón remoto de Zacapa, donde alguna vez conoció a doña Fulana de Tal, cuyos hijos respondían a los nombres de Menganita y Perencejo de Tal.
De pronto, el apellido "De Tal" golpeó mi cabecita, regresé al nombre "Fulana", ¿Fulana...? ¡La Fula!, me dije. ¿Será posible que esta señora esté preguntando por la prima en no sé qué grado de mi tío político que es precisamente de ese pueblo de Zacapa?
Allí mismo tomé el teléfono y llamé a mi mamá. Le pregunté si la Fula se llamaba Fulana de Tal y si los hijos, la Menga y el Peren, se llamaban Mengana y Perencejo. Cuando mi mamá me lo confirmó, le conté del mensaje recibido y le pregunté cómo localizar a la Fula.
-Llamate a tu tía Marilú y le preguntás, porque yo no tengo idea de dónde puede estar la Fula ahora.
Así lo hice y mi tía me contó que la Fula, al parecer, vivía en un remoto caserío del remoto pueblo de Zacapa. Y que para comunicarse con ella había que llamar a un teléfono comunitario, hacer una cita para que la persona llegue a determinada hora a dicho teléfono comunitario.
-Va a ser un poco difícil encontrarla porque a veces ella va a tal otro pueblo, me dijo mi tía.
Con esa información le escribí a la señora para enviarle el número de teléfono comunitario y explicarle el engorroso y primitivo proceso.
Unos días más tarde, la señora me escribió muy contenta pues había encontrado la aguja que buscaba... digo, se había podido comunicar con la Fula. No contenta con ese agradecimiento, tomó el teléfono y me llamó a la oficina. Me agradeció emocionada el haber podido dar con la amiga a quien hacía décadas no veía.
Yo le expliqué que, de no haber sido porque en mi infancia había comido las deliciosas "chancletas" (un postre a base de güisquil) de la Fula, quien era pariente lejana de un tío político, seguramente no habría tenido mayor idea de cómo ayudarla.
No cabe duda que de plano su mensaje llegó a la persona correcta, repito, en el lugar y momento justos. Una feliz, muy feliz experiencia.

12 comentarios:

Aaron Lechuga dijo...

pueeeeeees Nancy fulana de tal, que bonita historia, muchas veces la vida va creando lacitos y atando cabos, y por cosas que no sabre explicar uno va a dar asi de sorpresa con quien tiene que dar

Any dijo...

Hola Nancy, estuve un ratito paseando por tu blog, me gustaron mucho tus dibujos y tus historias.
Sobre esta en particular, bueno es la confirmación de que existe algo llamado destino. El teje y desteje, sortea inconvenientes, da rodeos y finalmente hace que las cosas sucedan.
un saludo

Lujo dijo...

Hola Nancy,

¿¿¿¿Y tú me llamas a mí hadita?????. Mi querida preciosidad, ejem ejem, fuiste tú la que regalaste alegría, esperanza e ilusión a raudales a una personita que dejó su país para buscar algo mejor en USA.
Por el camino se dio cuenta que dejaba demasiadas, en ese momento de reflexión surgió la persona capaz de devolverle algo de su pasado para hacerla más completa (Tú).

Algunas veces pienso que "El de Arriba" ;) tiene unas formas muy curiosas de llevarnos por el camino de la vida. En este caso, tú ejerciste de Reina Maga.

Me encanta el dibujo que has realizado para enmarcar esta ocasión. Me ha hecho mucha gracia. Es muyyy simpático, induce buen rollo y da alegría. Estás hecha toda una artistaza con el manejo de los diseños y colores. La imagen de tu interlocutora es fantástica, los chiquitos y la vecina muy adecuados.
Por cierto, según el dibujito....;) veo que el "nuevo dígito" te queda estupendo. No aparentas, ni de lejos, la edad que tienes. :)

Un abrazo muyyyyyy grande, de corazón.
Pd: gracias por "verme" bien.....estoy practicando ;P
Pd2: disculpa este discurso ;)....me salió largo (sniff, sniff)

Luisa Arellano dijo...

Nancy, hoy me has recordado una historia de casualidades parecida a esta tuya que me pasó hace unos años.

La Asociación a la que pertenecía mi hijo había publicado un libro con la historia del pueblo y muchas fotos antiguas. Un día me dió la clave para entrar al e-mail de la Asociación para ver el correo pues el iba a estar fuera.
Allí me encontré el correo de una señora que escribía desde Francia interesándose para comprar un libro y que daba la casualidad que se apellidaba "Arellano" igual que yo.

Se me ocurrió escribirla, comentándele la coincidencia y cuando a los pocos días me respondió, me quedé de piedra:

Me relacionaba su árbol genealógico desde su bisabuelo que había sido una persona del pueblo. Tuve que releer para cerciorarme de lo que allí ponía:

Su bisabuelo... era mi bisabuelo.
Su abuelo( que había emigrado a Francia en los años 20... era el hermano mayor de mi abuelo.
Su padre... era primo hermano de mi padre.
y por tanto ella y yo éramos primas en segundo grado.

Fué increible; me mandó fotos de nuestros atepasados comunes que nosotros aquí en España no teníamos... y recuperamos aquel ala de la familia que habíamos dado por perdida.

La vida y sus casualidades tienen esas cosas jejejeje.

Besitos

Aaron Lechuga dijo...

ah pues ya que hablamos de historias y etc etc, soy soy de apellido lechuga y mi blog no puede ser llamado asi, porque seria como retar al blog del verde, bueno la cosa es que un dia indagando sobre el apellido lechuga, encontre que proviene de españa, y que cierto tatara abuelo, se resido en el salvador, donde de alli salieron muchos para otros paises, mi abuelo, era salvadoreño, luego su hermano se vino a Gautemala, y el otro a Mexico, yo no conoci a la famila de Guatemala, menos a los de Mexico, pero gracias a las redes sociales, he encontrado primas, primos, tios y etc etc etc, es mas un dia en un evento estaban llamando por nombre a los participantes y sopresa, habia un niño llamado igual que yo, Moises Lechuga, y yo me pare y el se paro, y el papa de el me vio asi como que onda, al final me di cuenta y platicamos, desgraciadamente los Lechuga de guatemala tienen dinero a morir, y yo como soy mitad Guate y mitad el Salvador, no logre esa riqueza, pero, para mi la riqueza es vana, no es necesaria para ser feliz, pero en fin, ahora cuando alguien se apellida lechuga, resulta siendo pariente mio.

Alexxx dijo...

El destino siempre trata de juntar a las personas o darles pistas para que se unan.
Por cierto las chancletas de nayo papero que ricas!!!!!, ya se me antojaron

Patricia Cortez dijo...

Nancy: entre las cosas que sabes ¿donde se consiguen los guisquiles blancos para hacer chancletas?
ojalá alguno de tus lectores o contactos me cuente, porque los verdes tienen las cáscaras muy blandas y no sirven.

Unknown dijo...

Hola Nancy. Pues esas son las casualidades de la vida, y vos supiste sacarle además provecho. Saludos.

Alexxx dijo...

@Patricia Cortez: esos se llaman peruleros, y pues yo las chancletas que he probado son con guisquiles verdes, pues los guisquiles se consiguen casi siempre en los mercados al igual que los peruleros.

Anónimo dijo...

Fulana de tal!, cómo estás??, siempre que leo tus historias haces que sonría, no importa cuan duro haya tenido mi día =)

Un abrazo!

Clau

la-filistea dijo...

Wowww!!
Me recordaste que yo hace tiempo estoy tratando de ver si me contacto con una persona que me dió una ayuda tremenda cuando yo era bien chavita!.
Sus consejos y todas las cosas que me decía me ayudaron mucho. Pero se despareció y no he vuelto a saber nada.

Lo malo es que vagamente recuerdo el apellido y el lugar donde trabajaba.

Con tu historia me acordé. (hice catársis como veras)

Nancy dijo...

Seth, qué linda tu visión de la vida como esa costurera que va atando retacitos, listones y encajes para hacer una hermosa cobija.

Any,Gracias por venir y curiosear, bienvenidísima a esta casita. Ya visitaré la tuya, pasa adelante y ponte cómoda.

Lujo, mi querida hada mágica, gracias siempre por tus comentarios... Y bueee, lo del dibujito es como quisiera verme: delgadita y joven, aunque siempre con el cabello fuera de su lugar...

Luisa: Esa historia era para publicarla aparate. Qué linda. ¿Mantienes el contacto con la señora Arellano? Es increíble cómo la vida nos llena de regalos inesperados, queridos, valiosos, únicos.

Seth, otra historia mágica. Yo también tengo parientes ricos y parientes pobres... tan pobres que solo tienen dinero, jajajaja. Bromas. Qué divertido que se pusieran ambos de pie a la vez. Ahora, cada vez que conozca a un Lechuga te voy a mandar saludos con él o ella. ;)

Alexxx, en mi vida sólo comí chancletas de la Fula, Fulana De Tal... jajaja

Patricia, hoy sí me la pusiste difícil, yo sólo sé que las chancletas de la Fula eran hechas a base de güisquil verde...

Alexxx, en realidad no sé si hay güisquiles blancos o si la doctora habla de peruleros... yo, la verdad la verdad, no tengo muchos conocimientos de cocina

Duchessita, ala qué lindo lo que dijiste... Ahora voy a pasar por este tu comentario cada vez que necesite echarme porras, ¡GRACIAS!

Filis, qué bueno que mi historia te ayudara a recordar a esta persona. Ya no puedo apoyar como antes, pero mira, hay que lanzar el comentario al viento, uno nunca sabe quién lo pueda escuchar y contactarte con esa persona que buscas. Y ahora, en los tiempos de internet, parece que no hay imposibles.