Las sombras II

Hola a todos
Bienvenidos a un viernes más de historias de miedo, sustos y apariciones.
De nuevo tenemos a Aarón como invitado (tenemos guardado algo más de Maribel). La historia de hoy es un capítulo más de los fenómenos paranormales que vivió durante un noviazgo que afortunadamente quedó atrás. Los dejo con Aarón.
Un domingo había decidido ir a jugar boliche con los primos, primas, amigas y la hermana de mi ex, pero por cuestiones de la vida no pudimos ir a ninguno. Entonces decidimos ir al cine, a ver una película de miedo. Para los que la conocen, es la de la maldición, esa china solo que versión estadounidense. En fin, yo andaba algo molesto, pero me alegré al ver cómo se asustaban algunas personas. Sus expresiones eran, no se… cómicas, pero luego no me pareció tan cómico porque empecé a ver cosas, mi mente empezó a imaginar cosas.
Yo me encontraba en la orilla de la fila y del otro lado miraba una sombra. Claro en el cine todo son sombras, pero estas nunca tomaban forma. No le di mucha importancia, hasta que salimos y cuando prendieron las luces, o intento de luces que hay en el cine, en ese rincón las luces no se prendieron y no se lograba ver a nadie, aunque yo sentía algo allí. Nos fuimos a nuestras casas.
Al día siguiente, mi ex me comentó que no durmió nada, porque escuchaba cosas y sentía como que alguien andaba por su cuarto. Su hermana lo confirmó. Pensé que su mente les jugaba bromas por la película, pero creo que nunca fue una broma, ya que como no todos habíamos visto la película y todos eran fanáticos de las de meyo, la alquilaron y la vimos en la noche con todos en la casa de mi ex. Para crear más tensión, nadie prendió las luces, pero mi defecto es ir al baño en el momento más inoportuno. Tuve que ir en medio de lo mero mero feyo de la película. Me levanté y, sugestionado, creía que algo me iba a aparecer tras las cortinas. Y como acá fue donde la puerta se me había cerrado hace ya un tiempo, más asustado estaba.
Mi torpeza fue apagar la luz y luego abrir la puerta, porque cuando la abrí todo estaba oscuro. Me pareció raro porque creí que estaban molestándome, solo podía ver la claridad del patio de la casa, a través de la ventana del cuarto de los papas. Lo más raro de todo es que había un silencio estresante; no escuchaba ni risas, ni gritos, nada. Eso me asustó porque me recordé de lo sucedido en la historia anterior, me sentí en una casa vacía, no podía encontrar ni los interruptores, ni nada. Fue cuando me quedé inmóvil, porque escuche la risa más malvada que he escuchado, pura película de miedo. Pero mi cabeza me jugaba bromas. Me recordé de la película, ¿será que la están viendo aun? Me recordé de las veces que yo asuste a sus amigas y primas ¿será que yo seré el asustado ahora? Pero cuando me volteé a la ventana donde entraba claridad, vi pasar una sombra la cual me obligó a pegar un grito y una grosería.
Quise correr, pero mis pies se sintieron pesados y tropecé con a saber qué demonios que había allí y fue cuando estaba en el suelo, cuando vi a todos verme como estaba tirado. Mi ex asustada por el grito, su papá asustado pero por mi grosería, jajaja, y las primas y tías asustadas porque pensaron que me había pasado algo y me encontraba tendido inmóvil en el suelo pero por algo malo. Luego la mamá me contó que ella paso por allí, pero la sombra no era de ella y que además no escuchó nada, y si hubiera sido ella creo que hubiera escuchado mi linda boquita, gritar esa palabrota, jajaja, pero créanme que esas sombras eran cada vez más frecuentes.
Aarón Lechuga