
Cuando tenía unos 9 o 10 años, nos mudamos con mis padres a una casa muy especial...Era grande, tenía 2 plantas, en la parte de arriba había, un baño y 3 dormitorios, el mío, el de mi hermano (hijo de mi padre 9 años mayor que yo, un muchacho ya crecido :) y el de mis padres, este último tenía una decoración muy particular, el empapelado era negro con flores rojas, si, además de feo, era tenebroso y tenía un sistema de luces que era de tres colores, blanca, amarilla o roja, si ponías las luces rojas (si, para un adulto esto podía resultar sexy, pero recordemos que era yo una niña :) el panorama era aún más aterrador...En la habitación de mi hermano había un clima extraño, hacía más frío que en el resto de la casa y a mi me pasaba que ponía un pie adentro y se me erizaba todo el cuerpo, como si me recorriera un escalofrío y sumado a esto, mi madre que siempre fue de andar metida en temas tenebrosos, espirituales y esas cosas, había guardado en el ropero de esa pieza un libro que se llamaba los hijos del diablo (acá vale aclarar que mi pánico por esos años era a esa figura, la del diablo, es que después de ver La profecía y El exorcista a los 6 o 7 años, quedé suceptible :) o sea que de la única forma que entraba a esa pieza, era, si estaba mi hermano o alguien más o si estaba con miedo después de alguna pesadilla, sorteaba el pánico de entrar a oscuras y me acurrucaba al lado de mi hermano en su cama, me tapaba y me dormía.Mi pieza funcionaba bastante bien como refugio, no me sentía tan mal ahí, salvo cuando ocurrían acontecimientos como las repetidas pesadillas, que en mi vida he tenido tantas como en esa casa (la más recurrente era mi madre persiguiendome tipo psicosis con el cuchillo para matarme jaja, terrible), o cuando empezaban a subir y bajar la escalera, si si, se oía claramente, que a veces una y otras más personas, subían o bajaban la escalera, mirabas y no había nadie, pero el ruido seguía, encima, para completar la ecuación del terror, la que percibía todas estas cuestiones era yo, mi madre un poco y el resto nada...Empecé a pasar noches sin dormir, con todas las luces prendidas, pero a veces también empezaban a formarse figuras extrañas en el techo de la pieza y por el lado de afuera, pasaban sombras que corrían de un lado a otro, o hacían una especie de ronda en el medio del pasillo, en tonos diferentes, si si, a los 10 años, se hacía muy dificil dormir así jaja...Entonces mi madre que siempre tenía un vidente a quien recurrir, me llevó y la escena fue la siguiente:Este señor tenía un consultorio de médico, porque era médico, pero se ve que ganaba más con esto que como médico :) y la luz era casi inexiste, tenebroso, en un momento apaga la única luz que había, que era un velador que se encontraba al lado suyo y me pregunta que veo, yo del susto que tenía no veía nada jaja, resulta que este buen hombre, para no llamarlo de otra forma, salió con la feliz teoría de que poseo poderes extrasensoriales y me dice que yo puedo ver el aura y que por eso percibo y veo cosas, que si quiero puedo ver más y ser como el!! Yo, 10 años! Pánico total, que me duró hasta hace poco jaja, ante determinadas situaciones, porque la verdad, yo no quería ver nada!!!... Su solución fue más aterrorizante aún y mi madre la cumplió al pie de la letra, claro, prenderle una vela a la foto de un familiar muerto, aca vale aclarar que vivían todos mis abuelos y mis padres son hijos únicos, así que siendo tan pocos vivos, muertos menos, salvo una hermana de mi mamá que había fallecido 4 años antes de que ella naciera, a los 4 años casualmente, la foto era otra cosa de temer, antigua, esta niña, preciosa, si, tenía una carita muy especial, entre angel y demonio y el decorado donde estaba, era una película de terror, sillón viejo, perro blanco, no sé, a mi me daba miedo. Así que todas las noches, mi madre sacaba la foto, le prendía una vela y nos ibamos a dormir...No hubo cambios, claro, al contrario, mis miedos crecian y encima ver esa imagen con la vela, peor!!!Bueno, quedó demasiado largo, pero hacía falta para introducirte en el tema, otro día te cuento las historias más puntuales mías, de mi familia y de la gente que se quedaba, jaja, nadie se iba como llegaba de ahí...