miércoles, 15 de julio de 2009

Paranoia II

Ya que estamos hablando de la paranoia que se vive en este país desde hace muchocientos años, les voy a contar una historia que tuvo lugar hace quizás un par de décadas. Para que vean que esto del miedo a ser asaltados no es asunto nuevo.
La anécdota me la contaron mis hermanas Winy y Bele y le ocurrió a la abuelita de una de sus compañeras de trabajo (ellas trabajaban juntas en aquella época).
Resulta que la señora, doña A (de abuelita, porque no le sé el nombre), quería ir al mercado, pero tenía que irse en bus pues no había quién la pudiera llevar en auto.
La señora se quejaba y decía que de plano la iban a asaltar. Pero, aún así siguió con su plan de ir sola al mercado, eso sí, con los cinco sentidos muy despiertos para no dejarse sorprender.
Dicho y hecho. Ya en la camioneta (bus) cuando volvía a casa con la canasta de las compras, doña A se dio cuenta de que no tenía su reloj de pulsera. Vio de reojo al seguro responsable de aquel robo, su compañero de asiento, un joven que se veía muy decente, y pensó “esto no se va a quedar así”.
Como pudo, buscó entre su bolso de mano y descubrió que llevaba sus tijeras. Las sacó y deslizó su mano hasta el costado del joven quien de inmediato sintió la punta afilada del arma blanca.
-Ponga el reloj en la canasta ¡ahora! Le dijo entre dientes, pero lo suficientemente claro como para que el muchacho no tuviera dudas de que hablaba en serio.
El hombre depositó algo en la canasta de la mujer e inmediatamente tocó el timbre y se bajó del bus.
Entre triunfal y colérica, doña A llegó a su casa muy acalorada y refunfuñando.
-Se los dije, me iban a asaltar. Pero el tipo ese no contaba con que yo no me iba a dejar y lo hice que me lo devolviera.
-¿Está bien abuela? ¿Qué le robaron? Preguntaron sus nietas, preocupadas.
-Mi reloj, el tipo ese se robó mi reloj de pulsera.
Una de las nietas, extrañada, le dijo:
-Pero abuela, usted misma se quitó el reloj antes de salir de la casa. Aquí está.
Fue hasta ese momento que doña A buscó en el fondo de la canasta para ver lo que el joven había depositado en ella: un reloj de hombre.
¡La asaltante de ese día fue ella! jajajaja
¡plop!

16 comentarios:

Lena yau dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJA!

Un Abuelita de armas tomar!

Un beso, Chapina mimada!

Lujo dijo...

Hola Holaaaa Nancy,

Pero bueno......¡¡¡una abuelita tan inocente es la asaltante!!! O.O
Pobre muchacho...seguro que recuerda la anécdota y echará de menos su reloj O.o
Me ha llamado la atención que la muchacha llevara unas tijeras O.O....Iba preparada "por si las moscas". ;P
Muy buena anécdota!
Abrazotes enormes!!
Cuidate!

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Muy buena. Así son los paranoicos, prefieren matar antes de que los maten.

.:: DemonStar ::. dijo...

jajaja. Que pilas la abuelita jajaja. Excelente anecdota... pobrecito el muchacho

Maribel de Morales dijo...

Jajajajaja. Muy buena historia.
Ahora cuando vaya la mercado tendré que cuidarme de las ¡abuelitas asaltantes! Hasta donde hemos llegado con la paranoia. Por cierto me hizo acordarme de una anécdota de un asalto del cual providencialmente salió ilesa la persona. Voy a enviártela.
Un abrazo.

Teresa Cameselle dijo...

Jajajaja, qué historia tan genial. Siempre me encantan estas anécdotas que vas recopilando.
Un beso.

Pedro Alejandro dijo...

Sabia de la Narcoabuelita pero esta abuela de la anécdota se volvió ladrona!!!

Yo no hubiera querido ser ese muchacho.

Luisa Arellano dijo...

¡Pobre chico! jajajaja ¡vaya con la abuela!

Apapachos, Nancy.

igne fatui dijo...

jajajjaja casi como buena sentencia bíblica antiguo testamentaria: justos pagan por pecadores

saludos

Any dijo...

Ahjajajaja es buenísimo! La abuelita era brava eh? Que divina me la como! Me imagino la cara cuando vió el reloj de hombre! Y me imagino el pobre muchacho jajajaj.
Estuvo genial
apapachos

Aaron Lechuga dijo...

the most wanted, la abuelita asaltante, jajajaja hay no, me recorde de cuando me robaron mi samsung, en la camioneta un dia les contare bien, saludos

Anónimo dijo...

Jajaja, que bueno, la verdad hoy necesitaba una buena carcajada...
Una abuela de temer :)
E imagino el susto de ese muchacho, todavía debe estar contando la anécdota de la anciana asaltante del bus jajaja
Y tal vez haya gente cuidandose de las viejecitas :)
Me encantó!
Besotes!!

LadyMarian dijo...

jajajaja!!!! Qué peligro la abuelita!! Pobre chico! Me encantó además el dibujo! Buenísimo!

Besos

Anónimo dijo...

jajajaja... debo leer primero definitivamente, pero no entiendo, me la paso haciendo el ridiculo contigo.

Que historia, eh!... que valor de la abuelita.


y mi mente cochambruda pensando en perversiones... nolo vuelvo hacer, prometidisimo.

besos

cristal00k dijo...

jajajaja ¡venga con la super abuela!
Besos Nancy

silvia dijo...

una leyenda urbana, hace años me la contaron con el tipico "la amiga de una amiga".