viernes, 23 de octubre de 2009

El medallón


Y bien, se nos vino el viernes de nuevo y yo sin historia propia ni de firma invitada, ni de mi familia. Ejem, es que tengo una buenísima que me he estado guardando para el próximo viernes, víspera de la noche de brujas o de los muertos, como le llamamos acá.
En fin, ante semejante situación, no me quedó más recurso que echar mano de una historia que solía contarnos mi mamá cuando éramos niñas y que es parte de las leyendas de esta ciudad capital. He leído anécdotas similares de México y Chile, así que imagino que más de alguno de ustedes tendrá en su haber una historia semejante. Pero, mientras mi cabeza recuerda más historias o se me viene la inspiración para hacer los dibujitos de las que aún no publico por falta de ilustración, pues les contaré ésta que ocurrió hace muuuuchos años para un jueves santo.
Sucede que en Jueves Santo acostumbran los católicos "visitar altares". Según la tradición, las personas deben visitar siete iglesias y sus respectivos altares preparados para la ocasión, los cuales consisten en una representación de la última cena.
Pues resulta que en una ocasión una mujer que aparentaba ser de muy buena familia abordó un taxi y le pidió al conductor llevarla a visitar altares. Terminado el recorrido por las iglesias del Centro Histórico, el hombre le preguntó a la señora a dónde debía llevarla de regreso. Lléveme al final de la 20 Calle, por favor, respondió la mujer.
- ¿Por el Cementerio General? preguntó el hombre para confirmar.
- Sí, allí está bien, indicó la señora.
Al llegar, el hombre esperaba indicación sobre alguna de las casas frente a la necrópolis. Pero la mujer insistió en bajar justo frente al desolado portón.
- Perdone, joven, olvidé traer mi monedero. En ese momento se quitó el medallón de oro que llevaba puesto y se lo extendió diciendo: Vaya a tal dirección, allí viven mis hijos, y dígales por favor que le paguen. Yo le doy este medallón como prenda para que usted se los de y ellos vean que no les miente.
Obviamente corrían otros tiempos menos violentos e inseguros que los actuales, porque si no el honrado taxista jamás la hubiera dejado sola a esas horas. 
Al día siguiente, el taxista se presentó en la dirección indicada y preguntó si era la casa de la familia de doña Fulanita de Tal. Lo vieron extrañados y le preguntaron qué se le ofrecía.
Ante la mirada ojiplática (como diría Lujo) de los hijos de la señora, el hombre sacó de su bolsillo el medallón que inmediatamente identificaron y les contó sobre el recorrido de la noche anterior.
Al ver los rostros boquiabiertos preguntó si había algún problema. Los hijos inmediatamente le pagaron no sin antes explicarle al buen hombre que doña Fulanita de Tal había muerto hacía décadas y que fue enterrada justo con el medallón que él les llevó.

20 comentarios:

LadyMarian dijo...

Ay!! Qué miedo!!! Para colmo soy la primera en publicar y estoy acá solita. Menos mal que es de día. Me encantó la historia o, mejor digamos, leyenda. ;P
Besos

Any dijo...

Brrrr, yo conocía una historia parecida; cambia un poco la situación pero es mas o menos lo mismo, igual de espantosa jajaja!
Menos mal que anda Lady Marian por aca, como para no estar sola.
Que será la historia del viernes que viene!?!? Que suspenso!!!
besos y apapachos

Rochies dijo...

Una noche de hace muchísimos años, me contaron la historia pero de otra manera. Lloré de miedo. Y el llanto fue colectivo.

.:: DemonStar ::. dijo...

Wow. Interesante. A un mi amigo le pasó algo similar pero en otros días...

Amiga, estoy preparando más información sobre la zafra... todavía estoy pendiente contigo.

Anónimo dijo...

ahh, que bien se siente sentir ese escalofrío al terminar de leer la historia!!

MARU dijo...

Aunque con final previsible, me ha resultado muy emocionante la historia.

Aqui en España, no hay esas tradiciones del dia de los difuntos.
Ese dia se acude a los cementerios, se llevan flores y se ponen las lápidas o nichos bien bonitos.

Antes, sobretodo en los pueblos, como todos se conocían, había una rivalidad enorme haber quien tenía el lugar de sus difuntos más limpio y bonito.

Y si a alguien no le gustaba ir al cementerio, como a mi, se le criticaba mucho, pues no demstraba "su amor" por los parientes muertos...

Un besito

La Vivi dijo...

Que bueno que eran otros tiempos o hubieran acusado al pobre conductor del taxi de robatumbas. De todos modos a mi siempre me dejo con la duda la razon de la difunta de comunicarse con sus hijos. Porque durante la Semanasanta?

La Guera Rodríguez dijo...

Eso es indudablemente una historia de terror...de las pocas cosas que realmente si me dan miedo, porque dejan una evidencia física de que realmente sucedió.

Besos mi querida Nancy...

Diana

Neogeminis Mónica Frau dijo...

brrrrrrrrrrrrr algo parecido había escuchado pero bueno,cada vez que la escucho se me ponen los pelos de punta! no es para menos!! jejeje

Besitos!!!

cristal00k dijo...

Yuyu- yuyu! pero como siempre enganchas con tu relato.
Apapachos Nancy.

paola guillen dijo...

uuuy siiii
yo ya la habia escuchado ... : )

Anónimo dijo...

aauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!
debi leerte mas tempranito, ahorita ya me dio miedo =..0(

buaah!!

sabes por que me gustan esas historias?, porque son bastante mas reales y comunes de lo que uno cree.

me encantaria que me pasara algo asi, aunque despues me muera de miedo, seria d lujo... correria a escribirte un mail para contarte!.. XD

bonito finde nena!

Mariela Torres dijo...

Yo conozco una historia parecida, y lo maravilloso que tiene es que conozco al protagonista. Tengo que escribirla y mandártela.

Besos.

Nancy dijo...

LadyMarian, gracias por haber venido tempranito. En realidad es una linda historia... aunque un poquito tenebrosa.

Any, a ver cuándo me la cuentas. Yo conozco varias historias similares... las usaré cuando no tenga otras para contar. Paciencia... la próxima historia no pude contarla el año pasado porque no me inspiré para el dibujito. Pero es algo que le ocurrió a mi papá... creo que lo más escalofriante que ha vivido.

Rochitas, me gustaría conocer tu versión. Ay soy re curiosa.

DemonStar cuenta, cuenta... ¿Nos podrías compartir la historia para algún viernes? Me encantará leer lo de la zafra, realmente son olores, costumbres, épocas absolutamente desconocidas para capitalinos ignorantes como yo. ;o)

Hilda, por extraño que suene su comentario, yo también disfruto esos escalofríos de las historias escalofriantes.

Luna, es cierto. Hay muchas historias similares, así que uno ya sabe más o menos lo que va a pasar. Pero por algo siempre nos volvemos a asustar. Aquí hay muchísimas tradiciones del día de difuntos. Estoy segura que muchos blogs se llenarán de fiambre, barriletes, jocotes en miel, garbanzos, adornos y mariachis en panteones… pan de muerto… bueno, somos meros especiales en estas fechas. Lamentablemente también se ha adoptado el bendito Halloween, pero eso es otra historia. Yo adoro los cementerios… ;o)

Vivi, ¿Por qué durante la Semana Santa? A lo mejor la viejita era muy católica (por no decir cachureca). Aquí en Guatemala es más importante la Semana Santa que la Navidad, somos muy dados a revivir ese tormento barroco.
Y bueee, Pobrecito el taxista, pero menos mal que no lo confundieron con ladrón.

Tienes razón, Diana. Con cualquier otra historia uno siempre tendrá la duda de si fue una alucinación… pero con un objeto físico no queda duda.

Neo, cuando tengas una historia similar o diferente… yo la quiero leer, escuchar o lo que sea… me encantan.

Cristal, eso significa que la leíste toda, jajajaja. Gracias siempre por venir.

Paola, ¿la habías escuchado así o diferente? Todas las versiones me interesan. Saluditos.

Sonia, es cierto, son historias más comunes de lo que parecen… y muy muy reales. Bueno, me encantaría que me contaras si algo así te sucediera, ya sabes que siempre son bienvenidas las historias. Apapachos

Mariela, ¿en serio? Excelente. Me encantará recibirla y compartirla con todos. Porfis, no dejes de escribirla. Te enviaré algo que te ofrecí hace algún tiempo, jajaja, para comprometerte más. ;o)

Gracias a todos por venir, leer y comentar… Y ya saben, el próximo viernes espero que les guste la historia.
Apapachos para todos.

Alexxx dijo...

puchica si que da miedo estas historias, me recordaron las historias de hector gaytan.

Aqui poniendome al dia nancy, hace tiempo que no leo blogs, he estado un poco ocupado, saludos!!

Nancy dijo...

Hola Alexxx, veo que te estás poniendo al día, bienvenido siempre.

Anónimo dijo...

Mira querida Nan, no se si tengo frío o fuñe tu historia, pero me dió un escalofrío. Qué chucho!! o que jabón como decimos por acá, imagino la cara del taxista que vivió esa historia citadina, jaja, no quisiera haber estado en sus zapatos, por favor. Un abrazo grndote.

Rochies dijo...

una mujer que sale a cenar con alguien, se mancha su vestido con cafe, no se deja depositar en su casa, el hombre la sigue, ve que entró al cementerio y luego de un rato de deambular, descubre una tumba con el vestido con la mancha de café arriba y una lápida que evidenciaba una fecha de muerte muy anterior ...
se entendió?

Lujo dijo...

Hola Nancy,
Mi niña, me he quedado ojiplática O.O.
Ahora no es de noche, de lo contrario no podría leer esta historia. Es asombroso que el hecho que relatas con el medallón.
Tienes razón en que en el fondo es una historia hermosa.
Muchas veces tengo la sensación que "lo que algunos dejaron por hacer y ya no están", con empeño lo logran hacer. No me hagas caso, ..., sólo es una sensación sobre algunos hechos que he observado en la vida.
Gracias por este regalo tan maravilloso.
Mil abrazotes enormes!!

Aaron Lechuga dijo...

hay chirizo, jajajaja menos mal no soy taxista, jajajaj solo ofresco mi ayuda y no soy d ela otra profesion, como dice el dicho de mi mama, solo los taxis y las prepago se ofrecen, jajajaja pero interesante, yo me hubiera puesto a indagar mas