El hombre que veía venir la muerte IV

¿Qué día es hoy? No, por dios, no me digan que viernes. Pero bueee, es viernes, ¿qué le vamos a hacer?

Así que hoy les tengo otra historia de esas que le han ocurrido a mi papá a lo largo de su vida.

Me había prometido ir hoy a la casa de mis padres para que me contaran por enésima vez esta historia, pero soy una incumplida. Así que me voy a atener a mi memoria.

Esto que hoy les cuento ocurrió hace muchísimos años. Yo era una niña, o sea que debe haber sido como en los años 70 del siglo pasado.

Una noche de lluvia mi papá soñó a su mamá (quien falleció antes de que mis papás se conocieran). En el sueño, mi abuelita le pedía que le viera las manos. Al momento de tocarlas, los frágiles huesos de las manos de mi abuelita se quebraban entre los dedos de las manos de mi papá.

Él despertó agitado por la pesadilla que inmediatamente le contó a mi mamá.

-Ojalá que no haya ocurrido una desgracia, comentaron.

Tenían ambos ese mal presentimiento pues ya antes mi papá había soñado a su madre en la víspera de un suceso trágico en la familia.

Más tarde, en la madrugada, sonó el teléfono. Uno de los hermanos de mi padre había tenido un accidente. Viajaba con su novia hacia occidente y un camión lo encandiló. Mi tío perdió el control del vehículo que fue a parar a un precipicio. Él salió por el vidrio delantero durante el volcamiento, pero la chica quedó atrapada en el auto.

Toda la noche había llovido terriblemente, lo que había hecho crecer el río que pasaba al fondo del precipicio. Esto dificultó las tareas de rescate. A la mañana siguiente encontraron el cadáver de la joven un kilómetro más adelante de donde ocurrió el percance. Tenía fracturas en todo el cuerpo (q.e.p.d.).