
Las historias de pequeños traviesos abundan en las familias. De esa cuenta hoy les traigo otra agradable sorpresa. Esta nos la cuenta Patricia Cortez, quien al leer la historia de Filis recordó a su propia hermana... Aquí tienen la historia de una terremotito súper admirable por su valor... pero mejor que sea ella quien nos la cuente:
en esa época daban "mundo de juguete" y a ella le decían la terremotito y pinina.era especialista en caerse sin sentir dolor.una vez mi mamá viajó a la capital y yo me quedé "a cargo" (tenía 10 años) con las muchachas, la cocinera, una anciana de 60 años que no me dejaba cocinar y la "china" una muchacha que nos quería mucho, muy joven.la niña, que tenía como 8 años hizo de todo, correr, jugar, mojarse, etc. etc.lo último fué tomar una grabadora de cassete y llevarla a la cocina, cuando la señora la regañó ella salió corriendo con la grabadora y se cayó en las únicas dos gradas que había en la casa. el aparato se desvencijó y ella se cortó el dedo meñique.salían chorros de sangre, le apreté el dedo como pude pero no paraba, se lo envolvimos en una toalla y salimos corriendo con la muchacha a la clínica de mi padre que quedaba como a 5 cuadras. la nena no lloró para nada, veía la toalla manchandose de rojo y no decía nada. llegamos a la clínica y mi padre salió a verla, al quitar la toalla vimos que casi se habia partido el dedo en dos, así que tenía que suturarlo. mi hermana parecía como si la hubieran invitado a ver un gatito, ningún gesto, ningún movimiento, mi papá le dijo "te voy a poner anestesia, te va a doler" ella dijo "bueno" y estiró la manita.yo te juro que sudé cuando la agujota le entró en el dedo, (esa anestesia la ponen en la base del dedo y penetran hasta donde se puede) y ella, como que no era con ella. yo le dije "dame la mano, apretala" y dijo "no, quiero ver", mi padre puso como 8 puntos pequeñitos y ella los contó y preguntó como se hacían los nudos, le limpiaron la manita y tranquila.hace un par de años su hijo es tan o más travieso que ella, la maestra de inglés le contaba y ella decía "bueno, es que no sé porqué es tan inquieto", "mija, le dijo la maestra, tenés que pagar los elotes que te comiste".