lunes, 18 de mayo de 2009

¡Tiembla! IV

Y ya empezamos una nueva semana, como quien no quiere la cosa ¿no?
Como hace unos días tembló mucho, pues para hoy les traigo una divertida anécdota que nos envió Maribel de Morales. Yo sé que les va a gustar. Los dejo con ella:

A propósito de temblores me he acordado de una historia de otro tipo de miedo que nos tocó vivir a los de esa época y fue el día del terremoto de 1976. Pero a pesar de toda la tragedia, siempre hay momentos que pueden resultar cómicos y que nos ayudan a mitigar el dolor e incluso a olvidar lo difícil que fueron esos días y entonces nos acordamos de las partes que nos hicieron reír en lugar de llorar. Han pasado muchos años desde aquella madrugada del 4 de febrero cuando nos levantaron de la cama y no porque querían que madrugáramos sino para evitar que una pared o en el peor de los casos, el techo de nuestra casa nos aplastara.
Ahora con mi familia comentamos todos los sucesos con un poco de gracia, pues cada miembro hizo cosas un poco usuales y les voy a contar porqué.
Yo me acuerdo que en el momento de los temblores más fuertes mi prima *Ana que dormía en la misma cama que yo, me despertó y me dijo que no me levantara, que en todo caso las almohadas nos amortiguarían los pedazos de pared o el techo cual fuere el primero en caer. Qué ilusas! ¿no?. Yo me quedé quietecita esperando a ver qué pasaba, cuando de repente entró mi prima * Lucía dando de gritos y fuera de sí, preguntando por mí. Ana le dijo que se calmara pues yo estaba con ella, pero del susto que traía no me miraba, aparte de lo oscuro ella estaba muy alterada y revolvía la cama, Ana le gritaba también de que se calmara y como no lograba controlarla, le tuvo que dar un cachetón para que reaccionara. Luego de levantarnos corrimos a protegernos bajo un marco de puerta y allí esperamos a mis tíos que venían preguntando por todos y sobre todo por mí, pues no lograban reconocer mi cara, ya que con el susto, mi prima Ana me había tomado al revés y lo que tenían enfrente eran mis pies.
Al fin reunidos nos dirigimos al patio y era aterrador como los perros ladraban y la casa se balanceaba con amenazas de caernos encima.
Poco a poco fueron calmándose los movimientos telúricos y cada uno pensó en las cosas importantes para sí: mi tía en sus loros, que dormían en sus estacas en el garage y que se habían caído con todo y cama. Así que mi tío en un acto de valentía entró a rescatarlos entre las bicicletas y en ese momento empezó a temblar y a nosotros nos temblaban las piernas de saber que por ir al rescate de los famosos loros a mi tío le caería la casa encima. Al final salió enterito y con los loros que protestaban sin parar.
Lucía después de recuperar la cordura la volvió a perder, pero no por culpa mía, sino por un estéreo y los discos de su cantante “Sandro” que eran su adoración. Armose de valor entró y salió en un abrir y cerrar de ojos con su amado tesoro, los puso debajo de la pila y se durmió junto a ellos.
Recuerdo que esa pila fue por mucho tiempo mi techo por las noches, pues decían que ella si aguantaría en caso el techo o la pared se desplomaran. Cosa que creo que si hubiera funcionado más que las almohadas que nos habíamos echado encima en la ocasión anterior.
Yo también pensé en algo que era importante para mí y era que ese día iríamos por parte de la escuela a ver una presentación de una obra de teatro …
Afortunadamente nuestra casa resistió semejante desastre y no hubo más que repararle varias cosas. Como fuimos una de las pocas familias que no salimos a la calle, los vecinos pensaron que habíamos muerto soterrados y ya estaban pensando donde velarnos y quien iba a dar el cafecito.
* nombres ficticios
Maribel de Morales

18 comentarios:

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Muy interesante la narración, fresca y ágil.

Un abrazo.

Lujo dijo...

Hola Nancy,
Te felicito por haber invitado a Maribel a contar este relato.

Este texto está narrado de forma sencilla, y me ha trasladado a ese instante. No quiero ni imaginar los malos momentos que pasarían ante una catástrofe de ese calibre.

Me ha resultado muy curioso el "tema" loro y discos de Sandro. Es asombroso las cosas a las que damos importancia en momentos así.
Enhorabuena por esta entrada.
Un gran abrazo para todos.

Freak dijo...

Qué susto, Maribel y Nancy... Es curioso cómo reaccionamos en una situación de emergencia. Gracias por la historia.
Un beso.

Aaron Lechuga dijo...

jajajaj ya los estaban cafeteando, jajajajjajaa, uy no en esos casos nose que me hubiera pasado, aunque en estos temblores ni me he movido jajaja

el VERDE !!! dijo...

tengo el sueño muy pesado, los nocturnos no los percibo. De haber vivido en el 76 creo que hubiera muerto sin darme cuenta.

Any dijo...

Que Sandro? Sandro de aqui? Lo conocen? Es cierto entonces que es "Sandro de América" !! ahjajaja y yo que siempre pensé que exageraban!
Feo, muy feo el tema de los temblores; yo recuerdo uno de hace muuuchos años, aqui no son nada comunes, asi que imaginate el susto! Quizas cuente la historia en mi blog, me hiciste acordar :)
un beso a vos y otro a Maribel por compartir su historia con nosotros

Alexxx dijo...

Me cuenta mi mama que su hermana, mi tia, cuando estaba temblando, mi tia detenia una estanteria que tenia en su cuarto que estaba llena de recuerditos, bueno despues les daba risa porque el terremoto encima y mi tia cuidando sus adornitos jajajaja.

Yo saldria corriendo con mi laptop jajaja eso es lo primero que sacaria

Isold dijo...

Me ha gustado el relato contado de una manera sencilla, esa gran tragedia vivida, que seguramente todavia te ponga los pelos de punta al recordarla.

Besos Nancy.

MARU dijo...

Ahora, a vista pasada, todo resulta cómico y gracioso, y menos mal que nos lo tomamos asi, pero "durante" no creo que os rierais mucho....
Pero lo importante es que lo conteis, y muy bien contado, por cierto.
Un besito.

Nancy dijo...

Hola Alejandro, gacias por tu comentario. Apapachos también.

Lujo, tienes razón, a veces en los momentos más difíciles la gente reacciona de manera insólita. Imagina, cuidar de unos discos, jajaja

Freak, tienes razón, ahora me acabo de acordar de una anécdota embarazosa por aquellos días, jajaja

Seth, reparaste en ese aspecto. Tienes razón, la gente ya los estaba cafeteando por no salir de la casa. Y bueee, yo tampoco hago nada cuando tiembla, creo que ya deberíamos habernos acostumbrado. En fin...

Verde, de la que te salvaste. A lo mejor ni te hubieras muerto, who knows...


Jajajaja, Any, yo trabajé con unos argentinos hace muchos años y no podían creer el furor que provocaba Sandro (sí, el de ustedes,jajajaj) en las mujeres. Y ¿a que no adivinas? también Leo Dan, que aún ahora en la tercera edad viene a dar conciertos. jajajaja
Y bueee, si algún día vienes a Guate, prepárate psicológicamente porque aquí tiembla con cierta frecuencia.


Jajaja, qué divertida esa tu tía, Alexxx. Yo no sé cómo reaccionaría para un terremoto otra vez, pero no creo que sacara nada, no lo sé.


Isold, tienes razón. Muchos de nosotros afortunadamente sobrevivimos para contarlo. Pero miles de guatemaltecos perdieron la vida. Otros a sus familiares y amigos, otros su casa, y hasta hubo miles que quedaron con lesiones severas. Pero el humor chapín es increíble y aquí hacemos chistes con nuestras tragedias. en fin...

Luna, es justo lo que decía. Visto a la distancia hasta nos permite reír, pero en el momento es otra cosa. Y lo bien contado es arte de Maribel, quien escribe muy bien y muy ameno cada historia que nos comparte.

Anónimo dijo...

Bueno, a mí me tocó vivir la experiencia del temblor en México de 1985… y vivir de cerca las consecuencias. Hay muchas historias que contar ahí. Me recordaste esos momentos. Un gran abrazo para ti.

Luisa Arellano dijo...

Nancy, te dejo un apapacho grande y muchos besos. Deseo que estés bien y que todo marche perfecto.

No te olvido, ¿eh?

Besazos.

La Guera Rodríguez dijo...

Me ha encantado el comentario de Alexx...jajaja

mmmmmm...creo que yo tambien correria a poner a salvo mi lap!!
aqui en mi región no hay temblores, pero como viví 2 años en el D.F. creeme que es terrible, dormia vestida por si las dudas y teniamos que salir corriendo a media noche!!...alli los terremotos son muy constantes...que horror....!!

Prado dijo...

afortunadamente soy de la generación post terremoto. no me tocó vivirlo. Y de salvar algo. No salvaría nada. Dejaría que todo sea enterrado por los escombros. Para que dentro de cinco siglos, los arqueólogos descubran que fui un tipo interesante. Con costumbres raras.
Un abrazo.
Quiero dártelo personalmente. Ojalá se pueda la otra semana. Ahora, estoy de turno.

Nancy dijo...

Salvadorpliego, qué honor tenerte por aquí. Gracias por tu visita, tu comentario y, por supuesto, por el abrazo. Te devuelvo un apapacho

Luisa querida, imagino que estás tan ocupada. Yo no te olvido, cuando estoy de bajón me doy un paseo por el Blues y regreso con el alma gordita de tanto verso hermoso.

Qué bien que no estás en el DF, así estás más tranquila. ¿correrías por tu lap? jajajaja

Prado, es cierto, eres un bebé, jajajaja. Yo era una adolescente mutante cuando ocurrió el terremoto y tú ni habías nacido. Me encantó tu explicación. Y bueeee, espero tu llamada, será muy alegre volverte a ver y recibir tu apapacho.

Mimí- Ana Rico dijo...

Qué fuerte! no he podido evitar una sonrisa al final con lo de verlales.
Me digo: ¡Ponte seria! pero no puedo, las desgracias ajenas así contadas tienen un punto de humor, al menos para mí.
Un abrazo desde los mares de Extremadura.

Leonel dijo...

Hola Nancy!!!
Vimos este post desde el primer día que lo publicaste y ¡Nos encantó! Lo fuimos leyendo poco a poco para disfrutarlo más.
Casualmente está de visita en nuestra casa la tía de Maribel que fue protagonista esa noche de febrero de 1976. Nos pusimos a recordar todo lo que pasó.
Hoy tembló de nuevo, bueno, eso dice Maribel y su tía, yo no lo sentí :)
Apapachos a todos! Gracias por los comentarios!!!

paola guillen dijo...

hay no me mate de la risa...
con lo de Lucia y eso de su cantante "Sandro" y tambien x los vecinos que andaban viendo quien iva a dar el cafe. jejejejjeje