La amiga que me contó la historia anterior también me contó esta otra que habla de una apestosa venganza.
Resulta que los hijos de otra prima suya vivieron por mucho tiempo en Patzun (Chimaltenango). Ellos controlaron que la empleada andaba mera olorosita porque se echaba las cremas y perfumes de la mamá.
Entonces urdieron un apestoso plan y decidieron llenar con orines un frasco de perfume y con eso se perfumaba la empleada.
Por el uso del verbo "se perfumaba" imagino que la mujer ni cuenta se dio que no olía a rosas...
4 comentarios:
guacalas!!! ¿cómo no se iba a dar cuenta de tremendo tufo? Cabal me acordé que una vez la empleada de mi casa se enojó con mi vieja no sé por qué y cuando estaba haciendo los frijoles escupió en ellos. lo bueno fue que mi hermano la estaba viendo y por eso no nos los comimos, despues de eso se tuvo que ir.
fijate nancy que yo tenía siete años y tres hermanas. me quería venga r de ellas. no sé por qué.
el asunto es que un día hice eso que contás. pero en un frasco que yo creí que era perfume y resultó que era acetona. el asunto es que cuando me coloqué a la entrada para mear (podéis imaginarme), adiviná qué!!! se evaporó la acetona y se me hundió un ardor dentro de mi cosita. ayayayayay ayayay gritaba yo.
y mis hermanas risa y risa. y que siga la chingadera.
¿Está fallando el internet de Telgua o son mis nervios?
Roberto, he sabido de muchas venganzas de ese tipo, es decir, con comida de por medio. Es increíble lo que la gente es capaz de hacer...
jajaja, Juan Carlos. Me hiciste reír un montón. No te imagino de 7 años y mucho menos vengativo. jajaja, que siga la chingadera. (Ya nos contagiaste con tu frase)
Roberto no lo pudo haber dicho mejor, ¡wakatelas! (me llegan estos chapinismos)
Yo cuando voy a un restaurante por eso me porto bien con los meseros no vaya a ser quieran vengarse por cualquier cosa.
Me recuerdo de la lica francesa de Amelié en donde ella hace eso con el vendedor de la esquina (si no la has visto maestrísima te la recomiendo).
Saludos
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