martes, 7 de octubre de 2008

Epícteto


Como ya comenté alguna vez, en mi casa (la de mis padres) siempre hubo muchos animales. Gatos, perros, palomas, pericas, gallinas, gallos y pollitos, pescados, tortugas etc. Incluso hasta un mono llegamos a tener. Era un monito araña que un ex novio de mi hermana pequeña le llevó de Petén.
No sé si era medio kaibil el ex cuñado, pero lo cierto es que andaba por la selva petenera con los chafas. Creo que alguien mató a la mamá del monito y él recogió a la criaturita y se la llevó a mi hermana.
En mi casa fue novedad. Toda la familia intentó buscarle un nombre especial y exótico como su sola presencia. De pronto, alguien recordó el nombre de un ex compañero de mi papá y toda la familia estuvo de acuerdo (con el perdón del señor dueño de tal nombre): el monito se llamaría Epícteto Zeuxis Aristófanes López
Marina, que era una joven que trabajaba en mi casa como empleada doméstica, preguntó:
- ¿Cómo es que dicen que se va a llamar el mono?
- Epícteto Zeuxis Aristófanes López
Luego de pensarlo un rato, Marina comentó:
- Ah, yo le voy a decir López

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Entro en un lugar y de pronto, ¡Zas!, sorpresa, saludos Nancy a tu otra faceta como escritora de Historias Citadinas, ya algo fuera del periodismo, muy interesante maestra. Te vendré a visitar, saludos,
del CERO.

el Kontra dijo...

En la casa de mis viejos (aunque yo todavía la recuerdo como mi casa) también hubo de todo: gallos, gallinas, pijijes, perros, gatos, tortugas, sapos, peces, camarones por una de mis hermanas. Pero los monos son mi animal favorito, lejos. Dichosa, que alegre tenerlo a López, a ver si nos contas algunas historias de un mono citadno. Saludos.

Nancy dijo...

Bienvenido ciudadano Cero, ves cómo la vida te da sorpresas. Tan cerca y tan lejos que estaba de encontrarte por estas tierras blogueras.
Kontra, qué alegres son las casas donde hay tantos animales.
Pues voy a empaparme de las historias de López pues yo no viví esa época en casa ya que el monito llegó el año en que decidí casarme e irme de Guate a tierras catrachas.
Te puedo decir que tener un mono en casa es realmente un atentado para todos, pero principalmente para la pobre criatura. El monito, que vestía siempre con ropa de muñecos, vivía prendido del cuello de mi hermana y se orinaba en su pelo.Además, no sobrevivió muchos tiempo fuera de su hábitat. Era curioso y hambriento y eso lo llevó a electrocutarse con los cables de la refrigeradora.
Pero bueno, voy a preguntarle a mi familia algunas anécdotas para "postearlas".

Patricia Cortez dijo...

uno, que aún no sé si es recuerdo o alucinación, es el del monito del sastre que había en la esquina, cerca de mi casa.
siempre vestido de gala el sastre la hacía hasta zapatos, pero no podía acercarse uno porque mordía a los niños, los adultos le gustaban.
creo que tenía como 5 años, por eso no estoy segura de que no sea fantasía.

Nancy dijo...

Patricia, seguramente el monito que veías no era fantasía. Yo no lo dudaría.

Unknown dijo...

al parecer tus empleada domésticas son muy graciosas.

Nancy dijo...

Jajaja, tienes razón.En realidad, mi familia es muy chistosa y creo que quien llega a mi casa se contagia. Tengo muchas historias más por contar sobre ellas, pero las voy a ir espaciando un poco para no aburrirlos. Eso sí, ¿ya notaste que Patty me hace la competencia?