Esta es una semana de invitados especiales. Ayer nos reímos con una historia de Patty Orellana y hoy los dejo con una curiosa experiencia que le ocurrió a mi amigo Juan Luis, la cual llamó:
De por qué me caí en mi bicicleta a finales de enero de 1992
El 20 de enero de 1992 falleció mi padre, después de un largo padecimiento del corazón y otras complicaciones. Practico ciclismo desde finales de los 70s y he participado en competencias y eventos diversos organizados por la Federación de Ciclismo.
Como todas las mañanas, una semana después de que falleciera mi padre regresaba a mi casa después de hacer mi entrenamiento matutino, circulando por el anillo periférico de sur a norte. Cuando pasaba por la colonia Granai & Townson, frente al Hospital Rodolfo Robles, de repente perdí el control de mi bicicleta y en una fracción de segundo me encontraba incrustado con todo y bicicleta, en la horquilla de uno de los árboles de pino sembrados a la orilla de ese lugar, donde existe una parada de buses.
Como pude, al momento de estrellarme coloqué ambos brazos frente a mi cara para no hacer contacto con esa parte de mi cuerpo. Mi bicicleta estaba incrustada de tal forma en la horquilla del pinito que resultaba muy difícil sacarla de ahí. Yo me bajé de la bicicleta y pude darme cuenta que tenía raspones en las rodillas, muñecas, codos, brazos, pero, mi bicicleta seguía prensada en el pino.
Unas personas que se encontraban a esa hora (serían las 7:00 horas) en la parada de buses se me acercaron para ofrecerme su ayuda y me preguntaron por qué me “había subido ahí” con todo y bicicleta. Les respondí “no sé”, “no sé qué me pasó”. Asombradas al igual que yo me ayudaron a “destrabar” mi bicicleta del árbol y comprobé los daños que tenía: timón doblado, un aro quebrado, una llanta estallada y raspones. Le hice las reparaciones básicas que necesitaba en ese instante para poder continuar y llegar a mi casa.
Por supuesto que las pequeñas heridas sangraban y tenía inflamadas varias partes de mi cuerpo que me dolían mucho. De manera cautelosa y con una velocidad menor a la que transitaba cuando resulté incrustado en el árbol, pedaleé hasta llegar a mi casa.
Me lavé y curé las heridas, las cuales no provocaron mayor complicación, pero, empezó entonces la interrogante: qué provocó la caída o desvío de la ruta para que yo resultara “metido” en ese árbol ? Iba a una velocidad promedio de 20 Kms. por hora, no había obstáculos ni algún objeto que hubiera identificado como el causante del accidente. Qué pasó entonces ? Dicen que después de que fallece algún familiar cercano, unos días después siempre pasan cosas raras a alguien de la familia. Será esto cierto ?
Juan Luis González A.
Como todas las mañanas, una semana después de que falleciera mi padre regresaba a mi casa después de hacer mi entrenamiento matutino, circulando por el anillo periférico de sur a norte. Cuando pasaba por la colonia Granai & Townson, frente al Hospital Rodolfo Robles, de repente perdí el control de mi bicicleta y en una fracción de segundo me encontraba incrustado con todo y bicicleta, en la horquilla de uno de los árboles de pino sembrados a la orilla de ese lugar, donde existe una parada de buses.
Como pude, al momento de estrellarme coloqué ambos brazos frente a mi cara para no hacer contacto con esa parte de mi cuerpo. Mi bicicleta estaba incrustada de tal forma en la horquilla del pinito que resultaba muy difícil sacarla de ahí. Yo me bajé de la bicicleta y pude darme cuenta que tenía raspones en las rodillas, muñecas, codos, brazos, pero, mi bicicleta seguía prensada en el pino.
Unas personas que se encontraban a esa hora (serían las 7:00 horas) en la parada de buses se me acercaron para ofrecerme su ayuda y me preguntaron por qué me “había subido ahí” con todo y bicicleta. Les respondí “no sé”, “no sé qué me pasó”. Asombradas al igual que yo me ayudaron a “destrabar” mi bicicleta del árbol y comprobé los daños que tenía: timón doblado, un aro quebrado, una llanta estallada y raspones. Le hice las reparaciones básicas que necesitaba en ese instante para poder continuar y llegar a mi casa.
Por supuesto que las pequeñas heridas sangraban y tenía inflamadas varias partes de mi cuerpo que me dolían mucho. De manera cautelosa y con una velocidad menor a la que transitaba cuando resulté incrustado en el árbol, pedaleé hasta llegar a mi casa.
Me lavé y curé las heridas, las cuales no provocaron mayor complicación, pero, empezó entonces la interrogante: qué provocó la caída o desvío de la ruta para que yo resultara “metido” en ese árbol ? Iba a una velocidad promedio de 20 Kms. por hora, no había obstáculos ni algún objeto que hubiera identificado como el causante del accidente. Qué pasó entonces ? Dicen que después de que fallece algún familiar cercano, unos días después siempre pasan cosas raras a alguien de la familia. Será esto cierto ?
Juan Luis González A.
7 comentarios:
Para mi que sí es cierto que cosas raras pasan. En mi caso cuando estudiaba en Mexico, allá por 1980 me levanté tarde para ir a estudiar porque se habia parado el reloj despertador como a las 5 de la mañana. Yo ni sentí y me desperté como a las 8 porque me llamaron por telefono. Cabal la llamada era para notificarme que a las cinco se habia muerto mi abuela. Si yo hubiera salido temprano no me hubieran localizado para darme la noticia.
Interesante, a muchos les pueden parecer coincidencias pero definitivamente que hay algo más. Salutations Totalitations.
PD: tan linda que se ve Guate con los dibujos de la maestrísima.
hay muchas cosas sin explicar, cada quien cuenta una historia diferente y situaciones diferentes que son imposibles de dar solucion.
Tal vez tienes razón. A mi lo que me sucedió nueve días después de la muerte de mi abue fue que tenía fiebre y me puse a llorar porque ella era quien me daba medicina cuando me enfermaba. Nadie me ofreció esa noche ni un té de manzanilla y me quedé profundamente dormida. Después desperté porque sentí un gran dolor en en vientre, pero era como cuando te presionan duro con la mano, abrí los ojos, pero no tenía a nadie cerca. Tal vez fue la fiebre, pero yo quiero creer que era ella. A la mañana siguiente amanecí como si nada.
Iba a comentar sobre algunas experiencias de las que he sabido, pues las historias de Roberto y Chapolita me las sacaron del baúl de los recuerdos, pero mejor las convertiré en posts.
Apapachos
uy eso si no me lo sabía yo, nunca lo había escuchado...será de prestar atención la próxima vez.
El abuelo te ha de haber empujado de plano!!!!! tal vez venía un carro muy rápido cerca o algo así y para que no te atropellaran te empujó... si fue a pocos días de su muerte seguramente su alma todavía andaba en la tierra arreglando asuntos pendientes.
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